Señora Directora: Es increíble pero, a diez días del comienzo de las clases y con sólo una semana más para realizar los trámites necesarios, aún no se haya abierto la etapa de inscripción de quienes puedan ser beneficiarios del boleto estudiantil gratuito. Silencio absoluto de las autoridades y de las empresas, luego del enorme cacareo y pavoneo que rodeo a la sanción de esa ley que facilita el acceso a los lugares de estudios de miles de niños y jóvenes misioneros.Resulta preocupante la irresponsabilidad política que significa despertar esta esperanza en muchas familias para las que significará un alivio económico no tener que volver a afrontar ese gasto para poder acceder a la escuela. Y más aún, porque son varios los trámites –y no sólo la inscripción a través de Internet- que deben hacer quienes quieran gozar de él, por lo que es de imaginar la desazón de muchos padres que deberán distraerse y abandonar sus actividades habituales para lograrlos para lograr el beneficio a último tiempo (suponiendo que no haya que hacer largas colas y trámites muy engorrosos,Actitudes como éstas lo llevan a una a sospechar que la ley sancionada el año pasado en plena campaña electoral no haya sido sólo un oportunismo proselitista que, de demorarse en su aplicación efectiva, podría volver a significar un duro golpe al bolsillo de los usuarios del transporte colectivo y que creían haberse librado de él, así como ganancias extras para las empresas que lo operan. En algunos municipios el nuevo régimen marca la eliminación de las tarifas diferenciales existentes hasta ahora (general y escolar, por ejemplo) y que en el caso del Sistema Integrado Metropolitano ya ocurrió para aquellos que carecen de la tarjeta del Sistema Único de Boleto Electrónico (Sube). En Posadas podría significar que muchos estudiantes en lugar de gozar del transporte gratuito deban pagar 9,25 pesos cada vez que quieran usar el colectivo con el propósito de ir a estudiar.Cualquier decisión –o urgencia- de las autoridades ya llega tarde porque es muy difícil –y poco probable- que en una semana todos los niños y jóvenes que estudien en Misiones puedan acceder a su pase de boleto gratuito, y habrá muchos que se perjudicarán con un cobro indebido del pasaje (o todos si las demoras burocráticas lo determinasen). Claro que muchos alegarán que el boleto gratuito significa una enorme erogación para el gobierno y requiere una determinación detalla de sus usuarios para evitar los excesos, por lo que esa pérdida de tiempo y de posibles días de goce del beneficio es un detalle menor y necesario. “Papita pa’l loro”, dirían algunos personajes ya conocidos.





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