Que el Pami acumula deudas no es novedad, pero en la delegación misionera de este organismo nacional preocupa, y mucho, que hasta la fecha nadie esté gestionando medidas para normalizar su funcionamiento y el retrasado pago a proveedores, con el consiguiente perjuicio para los afiliados jubilados y pensionados ante el eventual corte de servicios. Desde el pasado 10 de diciembre la delegación se encuentra acéfala y sin delegado designado. La anterior titular del cargo, Liliana Díaz, renunció ese mismo día apenas asumido el nuevo Gobierno nacional, y desde entonces crecen las expectativas por conocer a su sucesor ya que las actividades propias de la delegación requieren de una “cabeza” para encarar las gestiones.“Hay deudas enormes con farmacias y amenazas de corte de servicios, hay deudas con proveedores, hay trámites que realizar para conseguir algún beneficio particular para los afiliados, desde asistencias especiales a prótesis. Estamos funcionando con piloto automático pero no es lo ideal” refirió un viejo empleado de la delegación central en Posadas.En las subsedes del interior la cuestión se pone más complicada, ya que habría falta de personal y hasta existiría un “desmadre” en algunas agencias que funcionan peor que otras sin una cabeza que controle y exija. La anterior delegada asumió como funcionaria en el Instituto de Previsión Social, según las fuentes. En estos treinta días que pasaron desde su partida “no se hizo absolutamente nada de lo que debía hacer el gerente regional, y esto retrasa enormemente nuestro funcionamiento”, agregaron las fuentes.El Pami misionero tiene la sede central en Posadas y 21 agencias en distintas localidades. Unos 185 empleados (entre administrativos y profesionales) componen su planta de personal permanente, a los que se suman los auxiliares monotributistas que prestan diferentes servicios a los 104.800 afiliados misioneros. Danza de nombresLa delegación misionera del Pami es la única dependencia nacional en nuestro territorio que a la fecha se encuentra en situación de acefalía ya que en las demás continúan los anteriores delegados sin que el PRO nacional haya avanzado en los reemplazos que seguramente se vienen. Se estima que la complejidad de la cobertura y reemplazo de cargos de gran importancia en los organismos centrales está demandando toda la atención de las autoridades, por lo que hasta parece lógico el retraso en las provincias, salvo, claro, en el caso de la acefalía en esta importante delegación.Desde que se llevó a cabo el cambio de gobierno, fueron varios los nombres que se barajaron para reemplazar a Díaz, pero ninguno tuvo confirmación hasta la fecha. Fuentes del PRO misionero revelaron incluso un cierto malestar por las declaraciones del dirigente radical Martín Arjol confirmando supuestos titulares de distintas dependencias nacionales en Misiones. “Nada de esto se puede dar por hecho hasta que no estén los instrumentos legales correspondientes a cada nombramiento. Es un desacierto adelantar nombres”, señaló la fuente.Mientras, los “postulantes” que se habían barajado decidieron llamarse a silencio. Es el caso del exconcejal Rolando Rubleski, quien sonaba más firme para el puesto y que consultado por este Diario prefirió no dar declaraciones. Paralelamente llegó a nombrarse también al exintendente Jorge Brignole como posible titular del organismo, una supuesta devolución a cambio de su vuelta al PRO. La versión corrió con fuerza pero no tuvo confirmación desde el partido del presidente Mauricio Macri. Finalmente también se barajaron los nombres del exgerente regional de la delegación, Enrique Boldú, y hasta del exdirigente renovador Raúl Rebinsiki. ¿Premio o castigo? El titular nacional del Pami, Carlos Regazzoni, reveló que tomó las riendas de una institución sobredimensionada, con más de quince mil empleados y una deuda heredada de más de cinco mil millones de pesos, una situación crítica para la obra social de jubilados y pensionados que opera bajo la órbita estatal y cuenta con unos 5 millones de afiliados en todo el país.El titular del Pami no descartó que se promuevan despidos, al advertir que su gestión está alineada “con la política general del Gobierno” de apartar a los empleados que “cobran un sueldo para hacer política, no para trabajar”, porque la gente “pide un cambio en eso”. Todavía no se sabe si esta ola de “limpieza” llegará también a la delegación Misiones y a las oficinas locales de la dependencia. Por todos estos motivos, quien asuma al frente de la expresión misionera del Pami tendrá que lidiar con todas estas cuestiones, además de los muchos juicios iniciados por los afiliados por falta de provisión de medicamentos o cobertura insuficiente ante la Justicia federal de Misiones. “En la provincia hay más de 36 juicios en marcha en el fuero federal por estas causas”, señalaron fuentes del organismo.





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