El verano es la estación en que las sonrisas se multiplican y en la que un ambiente de alegría se expande en el ambiente. De hecho, la alta incidencia de la luz solar en el período estimula el funcionamiento de los neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina, la norepinefrina y endorfinas, responsables de llevar el buen humor, la energía y promover la regulación del ciclo del sueño.El funcionamiento del estado de ánimo sucede en las sinapsis, las zonas activas de contacto entre las neuronas del cerebro, a través del intercambio de neurotransmisores, sustancias químicas responsables de envío de información a las células nerviosas y hacer la conexión entre ellos. "Hay una estabilidad en este proceso, pero el aumento o disminución de los neurotransmisores traerá cambios en el estado de ánimo", explica el director de Ciulla Clínica Psiquiátrica de Porto Alegre, Abelardo Ciulla. Sin embargo, argumenta que este efecto varía en las personas, porque hay casos en los que la producción de estos elementos ya es bastante alto, por lo que el brillo no tendrá una influencia tan grande.Cuenta el psiquiatra Jackson Peres que el clima y el verano estimulan el cuerpo e influyen en el hecho de que la gente quiera salir más y hacer ejercicio. "El ejercicio mejora la circulación cerebral y el funcionamiento neuronal, entonces estamos en una calidad de ciclo de vida, porque una cosa lleva a la otra", aclara. Además, las actividades aeróbicas o anaeróbicas aumentan el nivel de neurotransmisores, como la noradrenalina y la dopamina, para producir una sensación de relajación y bienestar.El consultor en desarrollo humano Rodrigo Silveira trabaja con los principios de la medicina china tradicional, antigua técnica terapéutica que se basa en la energía y conceptos naturales. Explica que los rayos del sol son responsables de la producción de entre el 80 y el 90% de la vitamina D que el cuerpo necesita. "Sin la luz del sol, el cuerpo tiene dificultades para sintetizar la sustancia, que desempeña un papel esencial en el desarrollo del hueso, y también en la producción de serotonina", argumenta. La vitamina D también trabaja con un sueño y la regulación de la liberación de una hormona que relaja las células nerviosas.La falta de exposición a la luz solar y la consiguiente reducción de la vitamina D en la producción de cortisol inhiben el cuerpo, generando la sensación de placer, tranquilidad y relajación. Es por eso que existe la conciencia de que las personas son más felices en el verano. Tomar sol se convierte en un acto natural y casi involuntario, ya que la incidencia de los rayos ultravioleta en esta estación es más grande que en cualquier otra época del año. Por eso, por más que una persona "huya" del sol, sólo se necesitan diez minutos bajo la estrella para que los procesos anteriormente citados sucedan. Fuente: Correio do Povo (Brasil)





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