Es la tiranía del pensamiento empobrecido, la gente que piensa lo mismo todos los días, cosas negativas en su mayoría, ha caído en malos hábitos mentales. En vez de concentrarse en las cosas buenas y pensar en cómo hacer que todo sea mejor, son cautivos de sus respectivos pasados: unos se preocupan de fracasos sociales o problemas financieros, otros se lamentan sus infancias, etcétera, de este modo permiten que las preocupaciones priven a su mente de su fuerza vital.Estas personas no se dan cuenta que administrar la mente es administrar la vida. Lo más importante es que entiendas que el dominio mental se logra con entrenamiento, ni más ni menos. No importa lo que te ocurra en la vida, porque tienes la capacidad de elegir tu reacción. Cuando consigas arraigar el hábito de buscar lo positivo en cada circunstancia, tu vida pasará a sus dimensiones superiores. Es una de las más importantes leyes naturales.No hay errores en la vida, sólo lecciones. No existe una experiencia negativa, sólo oportunidades que hay que aprovechar para avanzar por el camino del autodominio.El entornoLas personas más beneficiosas en el entorno personal son aquellas que sonríen, no se quejan, no se sienten víctimas de nada, están automotivadas, son positivas, se esfuerzan, viven en la coherencia, inspiran paz y bondad, aprenden y se forman. En definitiva, las que tienen una mentalidad ganadora. Relacionarse con gente positiva es una receta para la felicidad que no siempre se tiene en cuenta.Muchas veces, las personas que no hemos elegido, pero que forman parte de nuestros círculos (familia política, compañeros de trabajo o vecinos), parecen una imposición imposible de eludir. Tal vez no podamos decidir si forman parte de nuestra vida, pero sí tenemos la capacidad de minimizar su efecto, e incluso de evitar su trato si su influencia es muy negativa.La influencia de las personas es invisible y silenciosa, se acumula con el tiempo, pero sus efectos acaban siendo muy visibles a la larga. Cada amigo o conocido deja un poso, una influencia mayor o menor. De hecho, acabamos pareciéndonos mucho a las personas que más tratamos. Deberíamos preguntarnos: “¿Quién me está influyendo más?”.“¿Con quién paso más tiempo? ¿Quiénes son las personas que más admiro? Jim Rohn me enseñó que nos convertimos en una combinación de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Rohn decía que podemos adivinar la calidad de nuestra salud, actitud e ingresos con tan sólo mirar a las personas que nos rodean. Con el tiempo empezamos a comer lo que comen, hablar como hablan, leer lo que leen, pensar lo que piensan, ver lo que ven, tratar a la gente del mismo modo, incluso a vestir igual que ellos. La influencia es muy sutil, es como estar tumbado en una colchoneta en el mar. Crees que flotas y permaneces en la misma posición, hasta que miras y te das cuenta de que una corriente moderada te ha desplazado 800 metros de la costa”. El efecto compuesto, de Darren Hardy.Por Robin SharmaEscritor y empresarioCanadiense considerado como uno de los 30 mejores entrenadores de liderazgo.





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