Ya hemos entregado y recibido en estas fiestas todo cuanto fue posible en amor, alegría, regalos, abrazos, saludos y buenos augurios, siempre con el predominio de la palabra FELICIDAD. En medio de la resonancia de los festejos, regresamos a la clase de Yoga y nos entregamos a la práctica haciéndonos cada vez más conscientes de la profunda relación entre la movilidad articular, la respiración y la relajación con el bienestar y la claridad mental, recordando las palabras de Gopi Krishna: “Las posturas proporcionan flexibilidad y tonicidad al cuerpo, para que la energía vital pueda fluir aún si se detiene el movimiento visible”. Seguidamente asociamos estas palabras con las de Vivekananda: “Debemos cuidar debidamente el cuerpo y mantener la mente sosegada y alegre, en la postura cómoda, la columna en el eje, la respiración tranquila, para así enviar una corriente de amor a todo el mundo”. Y la postura cómoda se llama SUKHA, que significa buen espacio o espacio sano que proporciona salud y FELICIDAD -como explica Ramiro Calle, para quien el Yoga es actitud vital y liberación genuina.Luego Swami Muktananda nos advierte: “Comer, beber y gratificarse con placeres, eso sólo no constituye la vida del ser humano. Debe haber más que esto. Todos los placeres y deleites, la jovialidad y alegría que buscamos, no son más que un reflejo de la bienaventuranza del ser… Permanecemos inconscientes de nuestra gloria real”. Y tanto Hermógenes citando la Vedanta Advaita como Ramiro Calle apelando a la sabiduría de Patanjali, coinciden en que es nuestra ignorancia la que nos mantiene exiliados de nuestra verdadera Realidad y Esencia. Por eso el practicante de Raja Yoga aspira a alcanzar en meditación esa Esencia, el Puro Espíritu, el Purusha, que es completamente libre, feliz y consciente: es SAT-CHIT-ANANDA, expresión que sintetiza lo que es FELICIDAD para el Yoga: SAT es el Ser Real, la Verdad Suprema, superadas la ignorancia y la ilusión por la sabiduría; CHIT es la Mente Real, el Conocimiento Supremo, elevarse a la Conciencia Absoluta; y ANANDA es la FELICIDAD Real, la dicha genuina, la alegría de disfrutar la bienaventuranza.Pero… ahora estamos en la clase de Yoga, en la colchoneta, en el ahora, relajados, en silencio, contentos y en paz. La “inteligencia intuitiva” de la que habla el Baghavad Gita, parece despertar suavemente. Y aunque no vinimos a practicar algo tan elevado como el Raja Yoga, percibimos la permanente vigencia del antiguo Principio de Correspondencia diciendo “como es arriba es abajo”. Hay una alegre calma, transmisible sin palabras, generadora de un clima especial de amable serenidad en el grupo. Vamos accediendo gradualmente al conocimiento de nosotros mismos, que en la vida diaria permite que nos sepamos administrar en todos los planos, como dice Zita Rajhavara, dejando de actuar impulsivamente, tomando cada actitud desde la reflexión, elaborando sabias previsiones, transmitiendo genuino regocijo al actuar, notando que disminuyen los momentos negativos y predomina el estado de ánimo positivo; ante los inconvenientes ya no prevalecerá la inconsciencia sino el discernimiento y la alegría de vivir que brinda la plena conciencia de ser. Asimismo, en el plano de la materialidad cotidiana se irán atenuando las pasiones, miedos y aversiones “y el trabajo diario será asumido como forma normal de vida, un escalón para llegar a la FELICIDAD, al Purusha.”Mathieu Ricard, doctor en Biología Molecular y monje budista, “el hombre más feliz del mundo” como recientemente se lo destacara, nos deja este mensaje: “Nuestra práctica permite transformar la mente, trascender las emociones destructivas y disipar el sufrimiento, porque si no hay paz interior y sabiduría, no se tiene nada para ser feliz.”¡Paz, felicidad y prosperidad para el 2016! Namasté.Colabora: Ana Laborde Profesora de Yoga [email protected]





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