Los efectos de la corriente de “El Niño” y sus abundantes lluvias sobre la producción agrícola misionera ya son “irreversibles” a estas alturas y faltando dos meses con las mismas condiciones climáticas por delante. A raíz de ello, sectores vinculados a la producción acordaron la conformación de una “mesa de trabajo de contingencias climáticas” para coordinar la asistencia a los colonos que perdieron gran parte del trabajo de todo un año, en especial en la horticultura, el tabaco y el té. La mesa creará una estructura “ágil y no burocrática” en el Ministerio del Agro y la Producción y bajo la coordinación del vicegobernador Oscar Herrera Ahuad, quien tiene la facultad constitucional de “entender en todas las cuestiones relacionadas al agro de la provincia”. El compromiso conjunto surgió tras una reunión a la que asistieron Herrera Ahuad, el ministro del Agro y la Producción José Luis Garay; el presidente del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (Ifai)?Ricardo Maciel y los legisladores del Partido Agrario y Social (Pays) Héctor Bárbaro y Martín?Sereno. Un área específicaEl vicegobernador explicó a PRIMERA EDICIÓN que “la idea es avanzar sobre la creación de un área específica dentro del Ministerio del Agro y la Producción para canalizar las denuncias tempranas sobre los daños ocasionados por alguna inclemencia, direccionada a atender a los productores, fundamentalmente a los pequeños. Va a ser una estructura sencilla y para nada burocrática que permita dar respuestas rápidamente cuando ocurren estos fenómenos”. Herrera Ahuad agregó que se avanzará rápidamente en esta alternativa para que el productor deje de sentirse indefenso ante lo inexorable, siempre con un previo trabajo de verificación “para que se activen sin muchas vueltas todas las medidas de compensación que se puedan disponer según cada afectación registrada y de acuerdo a las características de cada producción. Mesas localesLos legisladores Bárbaro y Sereno señalaron que se acordó mantener una nueva reunión en breve, para avanzar en la creación del área específica y la comisión de seguimiento de contingencias climáticas, que le permita a los pequeños productores minifundistas contar con una oficina de asistencia para canalizar los reclamos, ya sea en forma presencial o telefónica, para registrar las afectaciones y tramitar la eventual ayuda.En ese sentido, indicaron que desde la Vicegobernación y el Ministerio del Agro se comprometieron a coordinar con los municipios la conformación de las mesas de contingencia locales. Paralelamente se inició el análisis de una declaración de emergencia agropecuaria que determine el marco legal a través del cual canalizar la ayuda, ya que no todos los sectores afectados necesitan lo mismo, a la vez que hay áreas como la de producción tabacalera, que tiene sus propias leyes que contemplan la asistencia directa para quienes se vieran afectados por fenómenos climáticos, y que se financian con fondos de Rentas Generales y del Fondo Especial del Tabaco. Una chacra tristeLos efectos colaterales de la corriente de El Niño en nuestra región se sienten fuertemente en el agro misionero, tanto en los productos anuales como el tabaco y el té (ver página 5) como en los de más alta rotación, como las frutas, verduras y hortalizas. En las chacras tabacaleras al principio de este período de altísima humedad y excesivas lluvias, se estimó que la afectación iba a llegar al 30%, pero pasados los primeros días de 2016 “se nota que será cercana al 50%” señalaron los legisladores Bárbaro y Sereno. Si bien gran parte del tabaco ya fue cosechado, los que se encuentran en los galpones de secado y curado se ven afectados por hongos que pudren las hojas. Las que se salvan bajaron de calidad. En la horticultura, los cultivos bajo cubierta se pudren por el exceso de humedad y no hay verduras de hoja de producción local ni siquiera para abastecer en forma suficiente a las ferias francas. El impacto económico en las familias productoras es altísimo por este motivo, ya que el trabajo en las ferias es el que sostiene la economía doméstica semana a semana. Las frutas misioneras de temporada, como la sandía o el melón, tuvieron un escaso desarrollo y se descomponen antes de llegar a la maduración, por lo que no pueden ser comercializados. Mientras que la mandioca no desarrolla las raíces por el exceso de humedad del suelo, hecho que ya estaría afectando al 50% de lo que se plantó el año pasado y debía ser cosechado este año, drama que se suma a la falta de mercados para el almidón.





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