Un fresno verde e imponente se encuentra a la vera de la avenida San Luis Gonzaga, al lado de la capilla que lleva el mismo nombre. Pero no es un simple árbol, se trata del “Árbol de los Deseos” de Capioví que desde principio de diciembre comienza a poblarse de tarjetas que representan, cada una, un sueño que busca con ansias cumplirse.“Que el niño Jesús ilumine y acompañe a nuestra amada Argentina”. “Yo pido por la paz del mundo”. “Dios, yo te pido que mis padres dejen de pelear, que no me peguen más. Quiero un poco de amor”, son sólo algunos de los miles de deseos que llegan hasta el árbol de Capioví. En ellos “hay muchos deseos que llaman la atención y por medio de estos, uno se da cuenta de cuántos dramas familiares hay, de chicos que piden que los papás no peleen, que papá vuelva a casa, que ya no los ignoren… Piden un poco de amor”, detalló Irma Strieder, impulsora y creadora del Árbol de los Sueños en Capioví. A comienzos de diciembre, y por tercer año consecutivo, Irma invita a la gente a que se acerque y manifieste con tinta aquello que sueña ser cumplido. Y si bien al principio solamente eran los vecinos los que colgaban los deseos, durante el mes de diciembre y hasta principios de enero, Capioví recibió más de 2.000 deseos llegados desde diversos puntos de nuestra Argentina, entre ellos: Ushuaia, Córdoba, Chaco, Formosa, Salta, Buenos Aires. Incluso de países vecinos tales como; Paraguay, Brasil, Uruguay y hasta Chile.Luego, Irma guarda cada una de las tarjetas en cajas que son llevadas hasta la Capilla San Luis Gonzaga. Allí, durante una misa son bendecidas por el padre.Así nació el árbolHace tres años, Irma junto a las mujeres que realizan la ornamentación de la ciudad para las fiestas, fueron premiadas por la Municipalidad de Capioví con un viaje a la ciudad de Gramado, en Brasil. Allí visitaron varios atractivos de la localidad, y se encontraron con pequeñas colonias agrícolas; el Parque Knorr, que alberga un parque temático llamado “Aldea de Papá Noel”; el “Mini Mundo”, otro parque infantil con réplicas a escala reducida de edificios famosos de Alemania; y el Lago Negro, espejo de agua artificial rodeado de árboles cuyas semillas fueron traídas de la Selva Negra, en Alemania.En ese lugar vieron varios Árboles de los Deseos. Alguna de las mujeres que viajaron con sus pequeños hijos, se sorprendieron al ver a los niños ansiosos por escribir un deseo. “El hijo de mi amiga, que tenía cinco años no quería salir sin poner el deseo en el árbol. Pensé ‘si el pequeño le da tanta importancia nosotros vamos a poner un Árbol del Deseo en nuestro pueblo. Y yo le dije a mi amiga, vamos a trabajar con los adornos navideños pero yo voy a poner un Árbol del Deseo. Hoy la gente que nos visita sale encantada y nadie quiere salir de Capioví sin poner su deseo en el árbol”, finalizó Irma."Que no me peguen"Irma contó que días atrás un sueño se cayó del árbol “y los que se caen los traigo a casa. Ese sueño pedía ‘amor, no quiero que mis papás me peguen, quiero amor’. Me dolió mucho leerlo y sentí que nuestro árbol se volvió la esperanza de muchos”.




Discussion about this post