Son muchos los recaudos que se toman cuando llega la temporada de las vacaciones y el verano: se llama con anticipación a hoteles para reservar la estadía, se chequea el auto para que todo esté en condiciones y hasta se busca a amigos o familiares que cuiden las mascotas, pero muy pocas veces se anticipan los posibles golpes de calor o la deshidratación por falta de nutrientes que pueden sufrir las personas. Emanuel Valgolio, miembro del Servicio de Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica San Camilo y Silvia Fioravanti, del Servicio de Nutrición, brinda recomendaciones para reconocer y tratar los “males” del verano mediante prácticos y efectivos hábitos saludables.Algunos de los síntomas que pueden aparecer son excesivo calor, sequedad de boca, piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, mareos, confusión, pérdida de conciencia, debilidad muscular, calambres, náuseas y vómitos. Frente a estos síntomas, el tratamiento incluye, primero y antes que nada, el llamado a emergencias para hablar con personas idóneas que ayuden a la situación. Si el paciente no puede, la persona más cercana debe enfriar el cuerpo con paños de agua fría o darse una ducha fría. Luego, trasladar a la persona a una habitación oscura. Detener lo que se esté haciendo y procurar descansar en un lugar fresco. Además, se deben evitar practicar actividades físicas intensas durante varias horas y beber agua y bebidas deportivas hidratantes.




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