La Justicia le dictó la prisión preventiva a un joven de 24 años por el crimen de Joselo Kaiser (43), perpetrado la madrugada del sábado 14 de noviembre pasado y tras un accidente de tránsito, indicó un portavoz oficial.El hecho, enmarcado en una noche de furia propia de la película argentina “Relatos Salvajes”, donde sus protagonistas cruzan la línea que divide la civilización de la barbarie en cuestión de segundos, conmocionó a la localidad de San Pedro. Aquel día alrededor de las 2.30, la víctima se hallaba en un comedor ubicado en la avenida Araucaria de San Pedro, cuando en determinado momento tuvo que abandonar la mesa donde se hallaba cenando. Es que dos individuos a bordo de una moto colisionaron su vehículo que estaba estacionado. Fue entonces que Kaiser intentó dialogar con ambos sujetos, uno de ellos extrajo un arma de fuego y lo asesinó de cuatro disparos. Se dieron a la fuga y a las pocas horas fue detenido uno de los involucrados, de 21 años. Estaba lesionado, producto de haber derrapado con la moto en su alocada huida.Mientras tanto, el ahora acusado formalmente por la Justicia de apretar el gatillo, se mantuvo 72 horas prófugo, hasta que fue capturado en un pueblo ubicado a unos cien kilómetros de la escena del crimen.La acusaciónSegún confiaron las fuentes, el juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón, quien interviene por subrogación en el Juzgado de Instrucción de San Vicente, resolvió en las últimas horas dictarle la prisión preventiva al joven de 24 años por “homicidio simple”, mientras que a su hermano lo acusó de “participación secundaria menor”, precisó un portavoz oficial. Este último y debido a que la calificación que recibió no contempla la prisión, fue excarcelado, añadió la misma fuente. Se supo que el citado magistrado tuvo en cuenta numerosas evidencias para resolver la situación de ambos involucrados, entre ellas quizás las que tuvieron mayor peso habrían sido los testimonios de quienes estaban en el comedor de la avenida Araucaria y presenciaron el demencial episodio. Daños mínimos La madrugada que Joselo Kaiser debió abandonar repentinamente un bar de la avenida Araucaria tras el impacto de una motocicleta contra su Fiat Duna, se supo que los daños del automóvil fueron mínimos. La principal hipótesis es que la víctima, cuando fue a corroborar lo sucedido, habría intentado frenar la huida del motociclista sujetándolo en el suelo pero pidiéndole, en buenos términos según los testigos, que aguardara la llegada de la Policía para la confección de la denuncia que le permitiera iniciar los trámites en la compañía de seguros y reparar el daño a su automóvil. Pero mucho más imprevista que la colisión resultó la aparición en escena del hermano del conductor de la motocicleta, quien blandió una pistola calibre 22 y le disparó al pecho a Kaiser sin mediar amenaza o advertencia. El portero del Instituto San Francisco cayó inconsciente al piso y falleció a los pocos minutos. Apreciado en su comunidadEl fallecimiento a manos asesinas de Joselo Kaiser causó una gran conmoción en el pueblo. El hombre era padre de familia y además muy respetado por sus vecinos. Era portero del Instituto San Francisco e incluso varios alumnos de dicho establecimiento educativo se manifestaron en pedido de Justicia tras el lamentable episodio. “Los estudiantes lo habían elegido como un padrino, era muy especial para ellos”, indicó en su momento un vocero a este Diario. Párrafo aparte merece la investigación rápida y eficaz de los efectivos de la Unidad Regional II, con asiento en Oberá, quienes se encargaron de buscar al acusado de disparar contra Kaiser. Tal como publicó este Diario en su momento y en exclusiva, los pesquisas detectaron que el joven se comunicaba con un pariente en San Vicente vía mensajes de texto. Fue entonces que primero ubicaron a este familiar y le incautaron el teléfono celular. Simulando ser el pariente, concretaron una cita, y fue así que el sujeto cayó en la trampa y dijo a los efectivos su localización.




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