En la colchoneta, en nuestra hora, realizando todos los pasos de la clase en una secuencia armoniosa guiada por tu profe, en el ahora y en sana concentración, percibes el sentido profundo, elevado y amplio de la práctica. Ciertamente, hay una filosofía, sentido de la vida o cosmovisión que la sustenta con una ciencia de la práctica, una ética insoslayable, una lógica de los efectos y una metafísica en el propósito superior.Etimológicamente, la palabra YOGA tiene su raíz en el vocablo sánscrito YUJ (iush) que significa unir, juntar, más el sufijo ghyan que significa completar; “es decir, reunir, uncir, comulgar, integrar, reintegrar, ligar, religar”, puntualiza Hermógenes en su Iniciación al Yoga. Luego nos pide que imaginemos una carreta movida por cuatro bueyes no coordinados, que tiran cada cual hacia una dirección diferente. Con el uso del yugo se obtiene una verdadera yunta de bueyes. Precisamente, una de las traducciones de la palabra Yoga es yugo. “Imagina que esa carreta eres tú. Los bueyes serían tus sentidos, deseos, aversiones, inclinaciones, temores, necesidades, intereses, deberes, obligaciones, pasiones, obsesiones… que sin control generan caos, fragilidad, enfermedad y fatiga, malogrando tu existencia. El Yoga es conjunción, es el precioso ‘yugo’ que puede ser aplicado sobre el conflicto, la dispersión y el desorden… la terapia ideal para integrarnos, unificarnos y establecer el orden, la coherencia, la salud, la energía positiva, el propósito y la paz en nuestra vida, generalmente inquieta, fragmentada, tensa, inarmónica y vulnerable. Es decir, para superar la entropía.”En el Bhagavad Gita, Krishna enseña seis significados para la palabra Yoga: 1) Ecuanimidad en la victoria y en la derrota; 2) Habilidad y eficiencia en la acción; 3) El supremo secreto de la vida; 4) Lo que genera inefable felicidad; 5) Serenidad; 6) Lo que extingue el dolor.Patanjali inicia sus Yoga Sutras con la siguiente definición: “YÔGAH CHITTA VRITTI NIRÔDHA”… ¡No se asusten! El Maestro Yogananda gentilmente nos explica que “chitta es un término amplio usado para designar el principio del pensamiento, que incluye las energías pránicas vitales, manas (mente o conciencia de los sentidos), ahamkara (egoísmo) y buddhi (inteligencia intuitiva); Vritti (literalmente ‘remolino’) se refiere al incesante ir y venir de las olas de pensamientos y emociones que surgen en nuestra conciencia; y Nirôdha significa neutralización, cesación, control”. La traducción explicada del aforismo dice: “Yoga es la neutralización de las fluctuaciones alternantes de la conciencia” o “la cesación de los movimientos de la mente”. Continúa Patanjali: “Entonces, el observador mora en su propia naturaleza o Ser”. El Maestro Yogananda amplía el aforismo: “El ‘observador’ alcanza la realización del Ser, la unidad del alma con lo Divino. El Yoga es la ciencia eterna de la unión con el Principio Supremo.” Rajhavara lo completa: “Es la re-unión con el Principio Creador, con la Fuente Superior que siempre estuvo en nosotros, aquí y ahora, simplemente.”Ciertamente, el Yoga es uno de los seis darshanas o filosofías de la antigua India, que inspira varias modalidades o caminos que describiremos más adelante. Esa inspiración fluye de los ocho grados del Yoga Real expuesto por el sabio Patanjali, que hemos tratado en notas anteriores. De esas modalidades, el Hatha Yoga es la que más se ha difundido y desarrollado en Occidente desde hace aproximadamente un siglo, es la forma que estamos practicando ahora, en la colchoneta y que próximamente detallaremos. Y esto… recién empieza. Namasté.





Discussion about this post