Señora Directora: Brutales, dolorosos e incalificables pueden definirse a los atentados ocurridos el viernes 13 en París. Constituyen una afrenta a la humanidad, pero forman parte de un mundo violento, feroz del cual sólo nos condolemos por unos e ignoramos a los otros.Es parte de la ley de la selva que se va ampliando en los últimos años. En ella se inscriben los atentados al Trade World Center, en Nueva York, o los de Atocha, en Madrid. Pero son solo una faceta de una guerra con epicentro en Medio Oriente y que también llegó a Buenos Aires en las voladuras de la Embajada de Israel y la Amia. Pero poco se dice de los miles de muertos en Siria, Irak, Afganistán o Pakistán producto de bombas occidentales sobre pueblos inocentes. ¿O de dónde llegan los inmigrantes que aterran a Europa?





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