Las propuestas de IIRSA, que reflejan fundamentalmente los intereses de los grandes conglomerados industriales, principalmente del Brasil, se integran en un proyecto a gran escala que, hoy por hoy, a quince años de su primera formulación y cinco del relanzamiento en el marco de una nueva visión estratégica; muestra un considerable grado de estancamiento.Más allá de la necesidad de avanzar en grandes obras de infraestructura, es evidente que en el mundo se asiste a un giro en materia de enfoques del problema de la energía, el cual desplaza el interés de las soluciones ciclópeas, al estilo de IIRSA, y mira hacia la generación de energías limpias y renovables y a la complementación de fuentes diversas. Recientemente, según medios correntinos, Arturo Busso, director del Grupo de Energías Renovables (GER), de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Unne, y Luis Vera, investigador; instaron a promover las energías renovables en el NEA en base a acuerdos entre las provincias y municipios y bregaron por "un cambio cultural" en materia de soluciones energéticas. En el campo de las energías renovables, destacaron, "tenemos que pensar en proyectos en micro-escala, más locales, ver las posibilidades y la capacidad real para realizarlos y concretarlos". El GER apuesta, en especial, por el potencial regional para la generación de energía solar fotovoltaica que se inyecte a la red energética convencional. "Produzco la energía que consumo y además paso a ser actor de la generación energética", es el lema. Razonable alternativa a un debate estéril sobre grandes proyectos que se definen fuera de la región.





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