Luego de documentar las actividades de la parroquia que preside e hilvanar historias de otras comunidades de Misiones en las que desempeñó su tarea pastoral, el presbítero Héctor Raúl Zimmer Balanda, de la parroquia católica ucrania de rito bizantino, presentará en sociedad su primer libro al que bautizó “Parroquia San Vladimiro”, en coincidencia con el cincuentenario de la institución. Será el 29 de octubre venidero, a las 20, en la sede ubicada en avenida Rademacher 2885. El religioso explicó que este trabajo surgió por la necesidad de clarificar algunas cuestiones y con el propósito de dar a conocer otras. “Es que personalmente no tenía datos exactos de cómo son las cosas, y muchas veces dan lugar a la tergiversación y a que el imaginativo popular agrande algunas”, dijo, al tiempo que admitió “tanto conocimiento que uno tiene de la historia, y si alguien no lo cuenta, nadie se entera. Cuando era seminarista, hablaba con sacerdotes ucranianos ya mayores y sabían muchísimo, sea por la vida, por los viajes, por lo que hicieron, por donde estuvieron, como las persecuciones comunistas. Y tenemos que contarlo porque después aparecen dos o tres y cuentan la historia a su modo, y todo lo demás queda en el olvido. Y me parece que es injusto. Es injusto exagerar pero también lo es no decir”. Material abundanteContó que en la comunidad que preside, el padre Emilio Ryndycz (ya fallecido) dejó un archivo interesante, aunque es necesario trabajar bastante para poder ordenarlo.“Existen cajas de fotografías, cuando en otras parroquias muchas veces no se encuentra nada. Algunas cosas no son tan trascendentes. Otras sí, porque fueron hechas a base de mucho esfuerzo. Estudiando me pregunté qué hacemos con esto, entonces para informarme correctamente empecé a acumular datos, a escribirlos, y pensé en darle una forma, que culminó en este producto final”, que lleva un logo realizado por el niño Alejandro Brecki, “en el que nos sentimos identificados”.Asimismo, utilizó como guía un libro del padre Kovalek, sobre la historia de los sacerdotes de la Orden de San Basilio Magno (OSBM), escrito en ucraniano y “pensando que son pocos los que pueden leerlo, empecé a traducirlo”. Se basó también en lo que sus profesores le enseñaron “que la memoria, los hechos, nos ayudan. La historia es un trampolín para el futuro. Nunca uno vuelve a la historia para quedarse en ella, sino para fundamentar el presente y, quizás, vislumbrar el futuro”, razonó. Y recordó que los abuelos vinieron y sin querer escribieron una historia. “El tema es qué hacer con ella. Quedar en el dato histórico no me interesa, este libro no nace para eso. Es para que estando ahí se pueda elaborar, vislumbrar, descifrar un camino de futuro. No me interesó nunca el pasado. Me interesó siempre el futuro, pero ¿con qué herramientas lo enfrento?”, se preguntó.A su entender, “nuestra vida caminó por otros caminos. Ahora nuestro gran trabajo es descubrir nuestra propia identidad. Descendientes de ucranianos en Argentina, en Misiones, en Posadas. Evolucionamos, crecimos. No es lo mismo hablar de Misiones, de Chaco, de Buenos Aires, tampoco de nuestras comunidades internas como San Vicente, Jardín América, Andresito. Cada uno va adquiriendo a nivel cultural características diferentes”.





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