No fue uno más. El crimen de Érica Fabiana Macedo (24) conmovió por la frialdad y por el horror: el cadáver de la joven, madre de tres hijos, apareció enterrado en su propia casa, bajo una capa de cemento. El espanto se apoderó de Candelaria y la provincia, y no tardó en llegar a los medios de alcance nacional.Diego Andrés Espíndola (34) estaba sentado con el vaso del tereré en la mano cuando llegó la Policía, aquel mediodía del jueves 13 de marzo de 2014. Horas antes había denunciado que Érica se había marchado con otro hombre en un automóvil. Pero mintió. Al otro día, la verdad quedó al desnudo cuando la Policía encontró el cuerpo de Macedo ocultó bajo el mismo cemento sobre el que Espíndola bebía el mate frío. La había matado.La causa que conmovió hasta lo más profundo llega ahora a juicio oral y público. Espíndola deberá comparecer en el banquillo de los acusados por el hecho. Y el debate tiene fecha. Comenzará el martes 3 de noviembre desde las 8.30 en el Tribunal Penal 2 de Posadas, según pudo confirmar PRIMERA?EDICIÓN mediante sus fuentes.El albañil está acusado de “homicidio calificado por mantener relación de pareja con la víctima y ser perpetrado por un hombre contra una mujer mediando violencia de género”, según la carátula completa del expediente. Sin embargo, todo puede resumirse en una palabra: “femicidio”. En caso de ser hallado culpable, Espíndola afronta una pena de prisión perpetua.El juicio se desarrollará desde el 3 al 5 del mes venidero en la sala de audiencias de calle San Martín 1.432 de la capital provincial, siempre que no medien imprevistos. Ante el Tribunal desfilarán testigos, peritos y detectives policiales. También Espíndola tendrá la oportunidad de romper el silencio y hablar por primera vez.Insólitamente, aunque intentó ocultarlo todo, fue el propio acusado quien encendió el alerta y permitió esclarecer el hecho. Espíndola se presentó a las 18 del miércoles 12 de marzo del año pasado en la comisaría de Candelaria -a 20 kilómetros de Posadas- para denunciar que su concubina había salido rumbo a Profundidad el sábado anterior para asistir a un baile. Agregó que sospechaba que se había ido con otro.Los policías tomaron nota del asunto, pero algo no les cerró. Enseguida se supo que en noviembre de 2013 el Juzgado de Paz de Candelaria había dictado una orden de exclusión para Espíndola por denuncias de violencia de género radicadas por Macedo. No obstante, al parecer, la joven lo había recibido nuevamente porque no tenía dónde vivir.Ese antecedente llevó a los efectivos de Homicidios y de la Saic de regreso a la casa del barrio San Jorge. El miércoles 13 de marzo el magistrado César Yaya, del Juzgado de Instrucción 2 de Posadas, ordenó la detención del sospechoso. Al otro día, bajo ese piso de cemento del patio de la vivienda, apareció el cuerpo de Érica. La mujer había sido asesinada a mazazos y enterrada. Espíndola le habría pedido ayuda luego a uno de los hijos de la pareja para terminar el piso de cemento. El menor no sabía que estaba cerrando la tumba de su propia madre.





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