La última parte de la anatomía en rendirse al "body painting", o la moda de usar el cuerpo como un lienzo, es la panza: el "belly painting" o "arte gestante" se convirtió en tendencia mundial e incluso ya hay celebrities que han sucumbido al encanto de decorar sus embarazos con diversos motivos. El fenómeno consiste en “plasmar un dibujo a elección de la madre, familia o amigos en la tripa, y que suele tener algún significado para ella o simplemente algo que le guste mucho. Es una manera bonita de tener un precioso recuerdo del embarazo”, explica Tanit Monfort, maquilladora profesional desde hace una década, asesora de belleza para las firmas Clinique y Sabon y recientemente introducida en el belly painting con su proyecto Mummakeup.Aparte del elemento decorativo y estético, el belly painting tiene otros tipo de efectos beneficiosos. Hay quien incluso dice que puede llegar a compararse con un tratamiento spa: “El movimiento y el cosquilleo de los pinceles relaja a la vez que también hace que el bebé se mueva”, explica Tanit. El tipo de clientas que acude a este servicio suelen tener entre 30 y 35 años y quieren tener un recuerdo especial personalizado de esta etapa de su vida. Pero lo cierto es que la mayoría de las veces no es la embarazada la que contacta con estas artistas, sino sus parejas, sus hermanas o su amigas para sorprenderlas: “Se ha convertido en un regalo original”, aclaran.El momento ideal para hacérselo es, dice Tanit, "entre las semanas 30 y 34, cuando la barriga está más grande y la piel más tersa".Los motivos más solicitados para estampar en el abdomen son árboles, mandalas, flores, cigüeñas, frases, personajes favoritos de los futuros padres y, por supuesto, casi siempre el nombre del bebé.El trabajo se realiza con pincel y esponjitas y las pinturas que se utilizan son maquillajes corporales al agua, antialérgicos y sin olores que se retiran con agua, jabón y toallitas desmaquillantes o húmedas.La duración de cada sesión suele durar -sumando el tiempo dedicado al maquillaje y a las fotos- entre dos y cuatro horas.Fuente: diario El País (España)





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