Cinco meses pasaron desde que comenzó a funcionar el Consultorio de Cesación Tabáquica del Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” de esta ciudad.En total 84 personas pasaron por el mismo y 30 de ellas ya han logrado el alta y otras 26 están en proceso de abandonar el cigarrillo. El resto se encuentran en etapas iniciales del tratamiento que dura tres meses y es gratuito.Los datos que parecen pequeños, son muy alentadores, según indicó a PRIMERA EDICIÓN el responsable del programa de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) de dicho nosocomio, Sergio Montenegro.“Estamos muy satisfechos con estos primeros resultados y ahora estamos buscando conformar grupos de cesación tabáquica, en que puedan participar estas personas que ya están de alta. Esta es una estrategia para evitar riesgos, porque siempre hay un porcentaje que recae”, señaló, destacando que los que terminaron han señalado su intención de quedar en contacto con el equipo médico. Respecto a las edades de los participantes, indicó que la mayor parte se encuentran en la franja de entre 30 y 40 años y el otro de mayores de 50. También hay algunos jóvenes de 18 años, pero este porcentaje no supera el 5%.“En un primer momento, la gran mayoría de los que llegaron lo hicieron por recomendación médica o por derivación de los médicos clínicos, cardiólogos, neumonólogos de hospitales públicos y privados de toda la provincia, porque en Misiones no hay otro espacio que brinde atención gratuita de este tipo”, indicó Montenegro. Una vez que la existencia del consultorio se comenzó a difundir, también llegaron personas por propia voluntad, por recomendación de algún familiar o amigo. Si bien hay un porcentaje que ha desertado del tratamiento, la gran mayoría lo continúa. Los tres meses “mágicos”Si una persona visitara hoy el Consultorio de CT para realizar la primera consulta, con seguridad, para el Día de Reyes de 2016 estaría teniendo la gran alegría de afirmar “dejé de fumar”. El tratamiento dura solo tres meses y en su transcurso se desarrollan una serie de estrategias para generar hábitos y nuevas conductas que reemplacen al cigarrillo.Paralelamente se realiza un tratamiento farmacológico que disminuye los deseos de fumar. Para esto hay distintas opciones que serán propuestas por el equipo médico según cada caso. La medicación más habitual es la denominada “Odranal”. “El tratamiento debe comprarlo cada persona, pero también se busca gestionar, en caso que no puedan comprarlo. Este tiene un costo que ronda los 320 pesos y se usan tres. Puede parecer caro, pero si uno se pone a calcular el gasto que una persona hace por día (un atado de 20 cigarrillos ronda los 20 o 30 pesos, lo cual implica entre 600 y 900 pesos por mes) el costo de la medicación es mucho menor y es una inversión para mejorar su salud”, recalcó Montenegro. Destacó que “el medicamento es solo una parte del tratamiento y la clave está en los componentes psicológicos y conductuales”. El paso a pasoLa primera consulta es la puerta de entrada a este cambio de vida. En esta instancia se realiza una entrevista a la persona para conocer su historia clínica. Además se realiza un test de motivación, para conocer el grado motivacional, “las ganas de dejar de fumar” que pueda tener. Por otro lado se aplica un test de nivel de adicción a la nicotina. En caso que la persona esté poco motivada para dejar, se lo deriva con el psicólogo del equipo para revisar esas cuestiones e incrementar su motivación.“Le preguntamos hace cuánto fuma, cuántos cigarrillos por día fuma, cuál es la cantidad máxima y les damos como tarea que anoten en un cuaderno todos los cigarrillos que fuman durante un día, en qué momentos, lo cual nos permite detectar las ‘situaciones gatillo’ que son los momentos que la personas más fuma y puede ser, al levantarse, ante alguna situación estresante, en la computadora, cuando maneja, etcétera”, explicó Montenegro. Sobre cada una de esas situaciones gatillo, el equipo les ayuda a crear una estrategia para que cuando esté dejando de fumar sepa qué hacer para evitar prender un cigarrillo. “Las ganas de fumar duran dos minutos, entonces si la persona hace alguna otra cosa en ese momento, pasa el tiempo y se olvida. Puede ser un chupetín, caramelo ácido, un chicle, caminar, respirar, leer”, indicó el médico, destacando que por estar con el tratamiento farmacológico los deseos de fumar ya están disminuidos.Tras esta primer consulta, otra tarea es que el paciente informe a sus amigos, familia, compañeros de trabajo que está en tratamiento para dejar de fumar, así se evita que le conviden. También debe descartar de su casa todos los cigarrillos y ceniceros con que cuente, para ir cambiando el entorno y no tener “tentaciones”.El “Día D” En esa primera consulta se fija el “día D”, que es el día en que la persona dejará de fumar. “Elegir un día D es una forma de sacarle ese miedo que todos tienen, la sensación de que se termina el mundo porque van a dejar de fumar, porque sienten que se quedan sin su compañero, pero no será así”, dijo Montenegro. En la segunda consulta se detectan estas situaciones gatillo y se idean, una por una las estrategias para afrontarlas. “Si la persona fuma cuando toma mate o café, por ejemplo, se le pide que no consuma esas infusiones por un tiempo, porque le hacen recordar al cigarrillo y le generan esas ganas de fumar”, explicó.A los 35 días de la primera consulta, la persona empezó sus primeros días de cesación, es decir que no está fumando. “Se va controlando, se van agregando estrategias para controlar los deseos de fumar hasta que llega un momento que no tiene tantas ganas, aprendió a analizar las situaciones. Entonces se le da de alta. Les tomamos los datos de contacto para hacer el seguimiento tres meses después”, agregó Montenegro.





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