SAN VICENTE (Por Marcelo Galeano y Nicolás Maradona). Dicen que las desgracias son una concatenación de hechos azarosos que rara vez ocurren, pero que en ese momento se desencadenan en serie para dar lugar a la tragedia.Fabio Rafael Lorenzo fue asesinado a tiros entre la noche del 25 de abril y la madrugada siguiente. Se cree que lo ejecutaron en el baúl del Chevrolet Corsa con el que se ganaba la vida como remisero.Aquel día, el 25, decidió alargar un poco más su jornada laboral; tenía un motivo más que justificado para hacerlo. Deseaba ahorrar cuanto podía para festejarle el cumpleaños a su hijo Fabrizio Ezequiel.Claro que ese gesto altruista, noble de un padre presente en la formación de su hijo poco importó a los propaladores de la muerte.“Fabio era muy bueno conmigo, nos llevábamos muy bien. Era muy atento y responsable. Lo que más duele es que su hijo cumplía cinco años el 7 de mayo y él estaba trabajando para juntar plata y festejárselo”, manifestó Ramona Esther Piñeiro, la esposa del trabajador del volante, en una entrevista exclusiva con PRIMERA EDICIÓN.Martes pasado en San Vicente. Las agujas del reloj apenas pasaban las 12 y el sol, aunque picante, sólo atenuaba el viento incesante que obligaba a un abrigo ligero.Calle Tupac Amaru, pleno barrio Ceferino, casco urbano sanvicentino; allí se erige la vivienda de la familia Lorenzo, la que supieron construir don Miguel y su compañera de vida, Irma Ramos, los padres del remisero Fabio Rafael. Un amplio hall de madera recibe a los visitantes. El destino quiso que doña Irma y su nuera, Ramona Esther Piñeiro, estuvieran en el mismo lugar y recibieran, con idéntica sorpresa, la inesperada visita de los periodistas.Junto a ellas se encontraba Fabrizio Ezequiel, el pequeño que diez días antes de su cumpleaños perdió a su padre a manos de dos criminales sin remordimientos.Las preguntas, salvo contadas excepciones que aquí se aclararán, fueron respondidas por la viuda.¿Siente odio?Sí, mucho. Porque no puede suceder una cosa así. Quisiera saber si esta gente (NdR: en alusión a los asesinos), no pensó en que Fabio tenía un hijo que lo esperaba; que él estaba trabajando para festejarle el cumpleaños al hijo. ¿Será que él no le dijo todo eso a ellos? ¿Qué les dijo para que le hicieran eso? Eso queremos saber y nadie nos dice nada”.¿Para usted qué sucedió?“Yo digo que él se resistió a entregar el auto, la plata, porque tenía como tres mil pesos, la plata de la semana. Antes de salir, aquel día, le dije ‘sacá un poco la plata, guardá, porque el que mira tu billetera va a pensar que tenés mucha’. ‘No si es puro cambio’, me dijo. Para mí fueron a la estación de servicios, donde Fabio cargó cien pesos, y allí vieron que tenía mucha plata”.¿Cómo se enteró del hecho?Él siempre llegaba a las 21. Ese día lo esperé y no regresó. Como estaba sin crédito no lo pude llamar. Al otro día, a las 5.30, me fui con el nene a la casa de mi cuñado y él lo llamó y envió mensajes, pero no contestó. Le llamamos a mi suegro y fuimos a la casa de la dueña del coche; y nos dijo que no había ido a rendir el dinero. Él rendía todos los sábados, a las 20; siempre. Ahí me preocupé. Me fui a la comisaría y cortó la luz, entonces recién a las 12 me tomaron la denuncia. Cuando llegué a casa, a las 13, los compañeros me dicen que encontraron el auto pero no a él. Me fui hasta San Pedro, porque pensé que podía estar maniatado por ahí, y cuando llegué, mi cuñado me dijo que ya no buscara más, que habían abierto el baúl y él estaba adentro. Yo no llegué a verlo.¿Tardaron en encontrar el cuerpo?La Policía encontró el auto a las 7 y fue a abrir a las 16, porque estaba cerrado y pidió a la dueña que llevara otra llave. Ellos no tocaron el auto porque podía ser que un borracho lo dejó así. La gente dijo que lo vio en ese lugar a la 1 (NdR: del 26 de abril). Los vecinos ayudaron a los ocupantes sin saber que, en verdad, eran los asesinos.¿A qué hora estiman que los criminales abordaron el remis?A las 19 subieron al auto y pidieron un viaje de San Vicente a San Pedro. Primero se lo solicitaron a otro remisero, pero ese señor les dijo que no, que le tocaba el viaje al auto que estaba primero en lista de espera; entonces subieron al de mi marido. Los dos muchachos se sentaron en el asiento de atrás, fueron hasta la estación de servicios y cargaron 100 pesos de combustible. De ahí no se sabe más nada. Para las 20, el celular no anduvo más. Al otro día, Fabio debía ir a jugar al fútbol; a esa hora los compañeros lo llamaban y nada. ¿Alguno de los vecinos que ayudaron a los criminales, sin saber que lo eran, los reconoció en rueda de sospechosos?Tengo entendido que sí; que vinieron a San Vicente para eso. También el remisero de la Terminal, el del primer auto, dijo que eran los mismos muchachos. No que fuera uno, sino los dos; el morocho y el rubio. Al morocho lo detuvieron cerca de mi casa, a tres o cuatro cuadras. Hacía una semana que estaba ahí. Lo curioso es que al otro día, estaba frente a mi casa, mirando el movimiento de gente que había.Fabio era una persona de 1,90 y pesaba cerca de 100 kilos, ¿cree que se resistió?Se me hace que él no quiso entregar el auto, porque mezquinaba lo que era ajeno; era muy responsable con sus cosas y como no quiso entregarlo, pasó lo que pasó. ¿Cómo fue el último momento con él?Lo vi el sábado, a las 16, me llevó hasta la casa de mi mamá. A las 21 me iba a ir a buscar, pero a eso de las 19 me vine; no esperé que me fuera a buscar. Quizás, si lo hubiera esperado, íbamos a empezar a buscarlo antes.¿Cómo se hace para explicarle al hijo?Y…mi hijo está tratando de entender. Yo le explico, le hablo (se quiebra y hace una pausa)…Hoy, por ejemplo (NdR: la entrevista se realizó el 26, al cumplirse cuatro meses del homicidio), fue y compró un ramo de flores para ir a llevarle al papá, para ir a visitarlo al cementerio.¿Qué proyectos tenían?El sueño de él, que siempre hablábamos, era comprarse un automóvil, tener su propio remis. Siempre decía ‘mirá, si el coche fuera mío, toda la plata sería nuestra; no tendría que rendir nada y podríamos construir la casa’. Porque queríamos una casa mejor. La due&n
tilde;a del auto contó que él siempre hablaba mucho de su hijo, de los planes que tenía, de que no quería que yo trabajara de empleada mucho tiempo. Ahora todo desapareció. Por eso queremos Justicia, que si los que están detenidos fueron, que paguen por lo hecho”. Aguardan resultado de pericias de la SaicSAN VICENTE. La Justicia aguarda con expectativa las conclusiones del trabajo pericial que efectuaron los especialistas en Criminalística y Bioquímica de la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic) sobre el coche que manejaba Fabio Rafael Lorenzo.Ese trabajo se llevó a cabo hace dos semanas en la comisaría de San Pedro, donde estaba alojado el Chevrolet Corsa en el que habrían matado al trabajador del volante.El informe es importante porque determinará, en forma indubitable, dónde y cómo mataron a Lorenzo.En un principio se pensó que lo ejecutaron afuera del vehículo y luego cargaron el cuerpo en el baúl.Esa teoría cambió radicalmente cuando, días después del crimen, se encontró un plomo en el baúl del coche de alquiler.Entonces se inclinó la balanza hacia la hipótesis de que Lorenzo intentó salir del maletero rompiendo el asiento trasero con sus piernas, recibiendo varios disparos del criminal que viajaba en el asiento del acompañante, al lado del conductor.La causa, radicada en el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente, a cargo del juez subrogante Horacio Heriberto Alarcón, tiene dos sospechosos detenidos. Al menos un testigo reconoció a uno de ellos como ocupante del Corsa que abandonaron en San Pedro, en cuyo interior estaba Lorenzo.





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