PARÍS, Francia (Agencias y diarios digitales). Las inquietudes suscitadas por el crecimiento mundial lastraron los mercados financieros con la desaceleración del motor chino, una economía europea aún vacilante y la perspectiva borrosa de una subida de los tipos estadounidenses.Después de las turbulencias en el mercado de divisas y la bajada continua del petróleo, Wall Street cayó con fuerza: el índice principal Dow Jones perdió un 3,12% y el índice compuesto Nasdaq, que concentra los valores tecnológicos, cedió un 3,52%.Este desplome seguía a los de las Bolsas asiáticas y europeas, que cerraron todas el viernes con fuertes descensos. El índice Eurostoxx 50 perdió más de un 3%.“La recuperación en Estados Unidos y, en menor medida, en la zona euro y Japón, se verá contrarrestada por la actual desaceleración en China, el crecimiento débil o negativo en América Latina, y Rusia que se recupera muy progresivamente de su recesión del año pasado”, detalla en una nota Marie Diron, responsable de la política de crédito en la agencia calificadora Moody’s.La principal incógnita es la magnitud y velocidad de la desaceleración del crecimiento chino, motor de los últimos diez años de la actividad mundial.“Las incertidumbres sobre el frenazo chino se han disparado”, confirma el banco estadounidense Citi en una nota que prevé que el crecimiento de la segunda economía mundial “seguirá siendo ciertamente flojo”.Inquietud avivada el viernes por el anuncio de un nuevo retroceso de la actividad manufacturera en agosto, a su nivel más bajo en seis años, según el índice PMI de referencia calculado por Markit.El Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue previendo un crecimiento del 6,8% este año (contra un 7,4% en 2014) pero numerosos analistas ponen en duda las estadísticas oficiales chinas.La falta de claridad debería perdurar “al menos hasta el final del año”", explica el presidente de la consultora de Vere, Nigel Green, en un análisis, y estima que en ese momento “tendremos una mejor visión de los riesgos de un ‘aterrizaje violento’ chino”.“La devaluación se ha visto como una última arma del Gobierno chino, que no conseguía relanzar su crecimiento”, precisa a la AFP Jean-Louis Mourier, economista de Aurel BGC.Esta desaceleración china pesa en los mercados de materias primas, cuyos precios han bajado mucho, penalizando así a los países emergentes, sobre de América Latina.“Numerosos países sufren porque dependen de la exportación de materias primas sobre todo minerales”, detalla Mourier.Brasil, séptima economía mundial, se sume en la recesión con una inflación y un desempleo en alza y una moneda disparatada, dificultades a las que se suma una crisis política.Al mismo tiempo, Europa tarda en tomar el relevo del crecimiento de los países emergentes.“Después de un exceso de optimismo, una pequeña ducha de agua fría”, explica el economista de Aurel BGC, aunque matiza: “no es tanto la economía mundial la que se degrada como el contexto internacional que no mejora como se esperaba”.El crecimiento se ha reducido ligeramente el segundo trimestre en la zona euro a un 0,3% (contra un 0,4% el primer trimestre), en buena parte por el mal resultado de Francia, que siguió frenada, mientras que Alemania iba mejor que el primer trimestre, aunque menos de lo esperado, según las primeras estimaciones publicadas el 14 de agosto por la oficina europea de estadística Eurostat.Si la recuperación no es tan rápida para gusto de los analistas, a largo plazo las perspectivas son más bien alentadoras para la zona euro.El crecimiento de la actividad privada se aceleró en agosto en la zona euro, sobre todo gracias a Alemania y a pesar de la desaceleración observada en Francia, según una estimación publicada el viernes por Markit.“El euro está infravalorado y esto va a ayudar a reforzar la reactivación de la economía europea”, estima Nigel Green, que también apuesta por el precio del petróleo bajo como factor positivo para las economías europeas.Otro factor de presión a la baja en los mercados financieros es que los analistas parecen desorientados por la política monetaria estadounidense.En el informe de su última reunión, los responsables del banco central de Estados Unidos no aportan las indicaciones esperadas por los mercados sobre cuándo se decidirán a subir los tipos, una incertidumbre que molesta a los inversores.





Discussion about this post