ARISTÓBULO DEL VALLE. Efectivos de Criminalística lograron rescatar en las últimas horas rastros dactilares de quienes serían los ladrones que, al estilo “boquetero”, se llevaron una caja fuerte con 500 mil pesos de una concesionaria de esta ciudad.No es un dato menor, ya que dicho elemento podría conducir a los investigadores de la Unidad Regional XI hacia al menos uno de los autores del tremendo golpe, según señalaron fuentes del caso a PRIMERA EDICIÓN.Justamente por eso es que ayer, al cierre de esta edición, los detectives de la Brigada local junto a sus pares de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos de la Policía provincial realizaban distintos cotejos de esas huellas en el sistema “Biosystem” con el que cuenta la fuerza, en el que están registrados numerosos sospechosos.Esa base de datos cuenta con fotografías, registros de voz y, obviamente, de huellas dactilares. Por eso es que los investigadores esperan tener éxito y dar con al menos un patrón que les permita llegar a aunque sea uno de los delincuentes.Al respecto, como este diario informó ayer, desde la pesquisa sostienen que los ladrones eran al menos cuatro, en virtud de que sería necesario por lo menos esa cantidad de hombres para arrastrar y subir a un vehículo una caja fuerte de aproximadamente 400 kilogramos de peso.Sobre esa cuestión, en las últimas horas también se supo que los ladrones arrastraron nada más y nada menos que diez metros el macizo hasta la camioneta Citroën Berlingo en la que huyeron, que estaba a la venta en el exterior del salón de ventas.El trabajo de los pesquisas de la UR-XI no se reducía solamente a aquellas labores, ya que anoche también continuaba la búsqueda de pistas en las filmaciones de las videocámaras de seguridad de comercios y casas de la zona.El robo se descubrió minutos después del mediodía del domingo, cuando uno de los hijos del dueño descubrió que los “amigos de lo ajeno” habían visitado el local emplazado sobre ruta provincial 7 y Sáenz Peña, en la zona urbana de Aristóbulo del Valle.Los malvivientes extrajeron los tornillos y levantaron una chapa del techo. Así ingresaron al lugar y, con una precisión asombrosa, desconectaron el sistema de alarmas y se llevaron la CPU donde se almacenaban las imágenes de las cámaras de seguridad del local.Recién entonces fueron por la caja fuerte, que arrastraron hasta la Berlingo en la que huyeron. De la camioneta tampoco se encontraron rastros por el momento.





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