WASHINGTON (AFP-NA y Medios digitales). Estados Unidos y Cuba reanudaron formalmente este lunes sus relaciones diplomáticas y la bandera cubana volvió a ondear en la embajada de la isla en Washington, un histórico gesto que pone fin a décadas de hostilidades entre los dos vecinos. Tres militares marcharon por la puerta de la embajada e izaron el estandarte cubano -rojo, blanco y azul con una estrella solitaria- a las 10.36 (14.36 GMT), al son de los acordes del himno cubano. Bajo un calor sofocante, unos 500 invitados y una pequeña multitud de curiosos acompañaron la ceremonia en el edificio -una mansión neoclásica de piedra caliza- que desde inicios del siglo XX representa los intereses cubanos.Afuera de la sede diplomática manifestantes gritaban “Viva Cuba”, “Fidel, Fidel” y “Cuba sí, embargo no”, en medio de un frenesí de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de varios países. “No quería perderme este día, es histórico, nunca pensé que viviría este día”, dijo a la AFP Ralph Patiño, un empresario de Miami, mientras se cubría con la bandera cubana.La bandera era la misma que fue arriada hace 54 años de la sede diplomática, cuando ambos países rompieron relaciones al fragor de la Guerra Fría, dijo el canciller cubano Bruno Rodríguez ante una audiencia de invitados que abarrotaban los pasillos de la embajada.Las relaciones diplomáticas se restablecieron de forma oficial en el primer minuto de ayer y las secciones de intereses de Estados Unidos y Cuba se convirtieron en embajadas de pleno poder en ambos países a esa hora. “Desde esta embajada continuaremos trabajando con empeño para mejorar las relaciones culturales, científicas, académicas y deportivas, y los vínculos amistosos”, afirmó Rodríguez.En otro gesto simbólico, el pabellón cubano se sumó ayer a la madrugada al resto de banderas de otros países que ondean fuera del edificio del departamento de Estado en Washington, constató un fotógrafo de la AFP.En tanto, en La Habana los actos formales tendrán lugar el 14 de agosto, cuando Kerry visite la embajada estadounidense y se ice el estandarte frente al Malecón. El cambio histórico entre los dos antiguos adversarios se ha producido a un ritmo vertiginoso, y en cuestión de meses las dos partes acordaron enterrar el hacha de guerra y trabajar juntas. El acercamiento entre Estados Unidos y Cuba fue anunciado el pasado 17 de diciembre, cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, y el líder cubano, Raúl Castro, acordaron normalizar plenamente sus vínculos. El restablecimiento de las relaciones sigue al reconocimiento de Washington de que su política de provocar cambios en Cuba mediante el aislamiento y el embargo había fracasado. Las cuentas pendientesAmbos países han asegurado que el paso dado sólo es un comienzo y que no será sencillo acabar con décadas de enfrentamiento. Uno de los principales motivos de conflicto entre Cuba y Estados Unidos, es el embargo económico instaurado desde 1962 sobre la isla. Raúl Castro pidió a Obama que utilizara sus poderes ejecutivos para desmantelarlo, pero sólo el Congreso, controlado por los opositores republicanos, está habilitado para levantarlo.“La historia recordará el 20 de julio de 2015 como el Lunes de Capitulación de Obama”, denunció el senador republicano Marco Rubio, candidato a las presidenciales de 2016 e hijo de inmigrantes cubanos, quien prometió bloquear la confirmación de un embajador a la isla.Otro escollo en las relaciones es la compensación por los bienes estadounidenses que confiscó Cuba tras la revolución liderada por Fidel Castro en 1959. En Estados Unidos se presentaron unas 5.900 demandas por ese motivo y se estima que las indemnizaciones podrían alcanzar entre 7.000 y 8.000 millones de dólares. Washington presiona, además, para mejorar la libertad de expresión, de religión y de prensa en la isla, y pide la extradición de varios fugitivos estadounidenses.“El intercambio de embajadas proporciona una plataforma importante para ambos países para tener discusiones serias, incluyendo conversaciones directas sobre derechos humanos”, señaló Marc Hanson, del centro Washington Office on Latin America (Wola).Las negociaciones acabaron con otro de los obstáculos, dijo la representante estadounidense para América Latina, Roberta Jacobson, que explicó que los diplomáticos estadounidenses podrán desplazarse libremente por Cuba, tras notificar su viaje fuera de La Habana. El “enemigo” en casaEl precandidato presidencial Jeb Bush reaccionó a la reapertura de embajadas publicando en su cuenta de Twitter que “sólo servirá para legitimar todavía más un régimen represivo”, en una clara demostración de la postura de los republicanos, quienes han anunciado que revertirán el proceso de deshielo de EEUU y Cuba.Durante la inauguración de la embajada en Washington los cantos de “Viva Cuba” y “Viva Fidel” se mezclaron con el “Cuba Libre” de quienes exigen el final del régimen comunista. Minutos después del izado de la bandera cubana, la policía detuvo a un individuo de mediana edad que arrojó una bomba de pintura roja sobre la multitud. Las filas republicanas llevan meses expresando su rechazo al deshielo. El domingo, el senador cubanoamericano y precandidato a la Casa Blanca, Marco Rubio, declaró en la CNN que si llega a presidente revertiría el proceso iniciado por la administración Obama.“Terminaría las relaciones con una tiranía comunista y antiamericana hasta el momento en que haya realmente una apertura democrática en Cuba”, aseguró.Los republicanos tienen la mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado estadounidense y por ello es poco probable que cualquier reforma legislativa para levantar el embargo pueda salir del Congreso.Los legisladores pueden también obstaculizar el proceso de deshielo negándose a aceptar a los candidatos a embajador o a financiar los costos de las delegaciones diplomáticas.Según un encuesta efectuada por la firma Bendixen & Amandi, la mitad de los dos millones de cubanoamericanos que residen en Estados Unidos, dos tercios de ellos en Florida, quieren levantar embargo a Cuba. Entre los mayores de 65 años, el apoyo desciende al 35%. Y si se mira a los jóvenes, la mayoría, el 70%, apoya la normalización completa de las relaciones. Camino largo y complejo para una completa normalizaciónPoco después de la ceremonia de reapertura de la embajada, el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, recibió
; en su gabinete al canciller cubano, Bruno Rodríguez, en la primera reunión de este nivel entre los dos países desde 1958.Los dos diplomáticos mantuvieron un encuentro que se extendió una hora más de lo previsto, y en la conferencia de prensa conjunta ambos admitieron las dificultades que deberán superar para alcanzar una normalización completa de las relaciones bilaterales.“No se confundan, el proceso a la normalización completa de las relaciones (…) será largo y complejo. En el camino habrá tropiezos y momentos de frustración. Será necesario tener paciencia. Todo eso es razón suficiente para empezar”, dijo Kerry a la prensa.Por su parte, Rodríguez dijo que entre las dificultades fundamentales que los dos países deberán superar se encuentran el levantamiento del embargo estadounidense a Cuba, que dura medio siglo, y la devolución del territorio donde se encuentra la base naval de Guantánamo.Kerry respondió que el propio presidente Barack Obama ya formuló diversos llamados al Congreso estadounidense para que levante el embargo a Cuba, pero dejó claro que por el momento la devolución de la base de Guantánamo no está en discusión. “En estos momentos no tenemos la intención de modificar el actual tratado” de arrendamiento del territorio donde se encuentra la base, dijo Kerry, quien sin embargo admitió que Washington “comprende que Cuba tenga sentimientos muy fuertes” con relación a este tema.Durante la ceremonia de reapertura de la embajada, Rodríguez había mencionado en su discurso que la ceremonia culmina “una primera etapa del diálogo bilateral y abre paso al complejo y seguramente largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales”.Estados Unidos estuvo representado en la ceremonia por la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y el jefe de la misión estadounidense en La Habana, Jeff DeLaurentis.





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