EL RENO, Estados Unidos (AFP-NA). Barack Obama se convirtió en el primer presidente en funciones en visitar una prisión federal al llegar a la cárcel de El Reno, Oklahoma (sur) en el marco de su ofensiva para reformar uno de los sistemas carcelarios más caros y abarrotados del mundo.Las estadísticas son elocuentes: con 2,2 millones de presos en todo el país, Estados Unidos tiene más hombres y mujeres tras las rejas que 35 países europeos juntos, y muy por delante del número de detenidos en China y Rusia.“Debemos ver si esta es para nosotros la forma más razonable de controlar a la vez los delitos y rehabilitar a las personas”, declaró Obama durante la visita.“Debemos ver si 20 años, 30 años de condena en prisión para delitos no violentos son la mejor manera de resolver estos problemas”, agregó el presidente, que el lunes indultó a 46 presos, la mayoría de los cuales habían sido condenados a 20 años de prisión por tráfico de drogas sin violencia.Cerca de la cuarta parte de la población carcelaria del mundo se concentra en esas prisiones, cuando Estados Unidos tiene menos del 5% de la población mundial.Tras visitar una pequeña celda concebida para albergar hasta tres detenidos, el presidente estimó que las cárceles eran “instituciones extraordinarias del sistema (judicial) pero tienen enormes problemas de sobrepoblación”.





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