POSADAS. Hasta hace poco tiempo se conocía sólo el caso de un municipio donde los concejales que no responden al oficialismo renovador no cobraban sus haberes, a pesar de los constantes reclamos y amenazas de judicialización de la situación. Fue en El Soberbio, donde ediles del Pays y renovadores disidentes a “Coleco” Krysvzuk y su sucesor Juan Carlos Pereyra estuvieron medio año esperando a cobrar, debiendo hacer “changas” en otros rubros para pagar cuentas. En El Soberbio, precisamente, advirtieron que el “castigo” para los ediles que no fueran funcionales al intendente de turno se esparciría por otros municipios, ya que ni la Justicia ni ningún otro sector de poder lograron evitar semejante cuestión.Ayer se conoció que en Candelaria, el único concejal opositor que quedó frente al polémico y cuestionado intendente Carlos Flores, de la UTA, no cobra y denunció que se debe a su falta de alineamiento con el poder.El edil Rodolfo Roetti dijo al Sistema de Medios de Candelaria que no le pagaron la dieta por “pensar distinto” al oficialismo y aclaró que los poco más de 2.500 pesos que representan sus haberes los destina para ayuda social, que ahora se vio interrumpida por la falta de depósito del dinero.Roetti, que ingresó al Concejo por el sublema de Daniel Luna, indicó que, si bien logró que se apruebe su proyecto de aumento salarial para los empleados municipales, sorpresivamente dejaron de abonarle sus haberes mensuales. “Son 500 pesos, que no es mucho para los agentes, pero es algo. Así como les aumentaron a todos, a mí me pagaron hasta junio”, dijo.ReclamoAnte este escenario, el concejal Roetti se dirigió hasta el área de Contaduría de la Municipalidad, donde le explicaron que simplemente “no tenían plata”.“Me siento discriminado. Pienso que es una jugada política. No hay que olvidar que estamos en año político”, sentenció para agregar: “Me dejan a un lado por pensar distinto”.Sin embargo, el argumento dado desde la Comuna administrada por Flores, que afirma no contar con los fondos para los haberes de Roetti, cayó por tierra cuando en la última sesión del Deliberativo se autorizó al Ejecutivo a comprar el terreno donde actualmente está emplazado el cementerio por un valor de casi cuatro millones de pesos.“Pregunté al secretario de Gobierno, presente en el recinto, cómo tenían plata para comprar ese predio, que desconocía que era privado, y no para pagarme a mí y dijo que ese no era su tema”, reveló Roetti para advertir: “Voy a estudiar este caso con mi abogado”.





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