BUENOS AIRES. El lunes 13 de julio, pese a que era su cumpleaños número 22, se presentó temprano en la Fundación Favaloro para cumplir con los estudios de rutina que controlan cómo sigue ese corazón que late dentro de ella desde el 6 de mayo cuando, gracias a un trasplante, recibió el órgano que había esperado durante 101 días. Los estudios de laboratorio dieron bien, como también el electrocardiograma, pero debían esperar los resultados de la biopsia. Dicho estudio encontró células de rechazo y, entrada la tarde del martes, Stefanía Vier debió volver a internarse en la Fundación, donde comenzó un tratamiento intensivo con inmunosupresores. “Pese a que todos los demás estudios dieron bien, siempre la última palabra la tiene la biopsia”, explicó su mamá Claudia Acosta, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. La misma dio como resultado un “rechazo importante y era necesario suministrarle inmunosupresores por vía intravenosa, razón por la cual está internada desde el martes a la noche en la Unidad Coronaria del tercer piso, donde permanecerá hasta el jueves (por hoy) en un tratamiento de tres días”, agregó. Claudia señaló que “Stefy se encuentra de muy buen humor y despierta. Está en terapia porque debe estar monitoreada constantemente por la medicación. Estaba contenta de encontrarse con los enfermeros y doctores que la van a mimar”.El próximo lunes se volverá a repetir la biopsia para saber cómo seguir de ahora en más. “Esto está dentro de las posibilidades de todos los trasplantados y es la razón por la que no nos permiten volver a Misiones. Igual no tenemos ningún apuro, queremos que Stefy esté sana para volver”, dijo Claudia. Stefy le había dicho a PRIMERA EDICIÓN que no tenía ningún tipo de molestia ni dolores y que había pasado muy bien su cumpleaños. Sin embargo, comenzaron a aparecer ciertos síntomas que llamaron su atención. “Notamos que estaba más cansada, el domingo me dijo que andaba con mucho sueño. Cuando volvimos a la Fundación nos explicaron que estos son síntomas de que algo no está funcionando como corresponde, pero los médicos me explicaron que el órgano funciona muy bien, el problema es el cuerpo de Stefy, que genera esas células de rechazo”, señaló. “Ella tiene mucha fortaleza, estaba con muy buen humor y me decía que me quede tranquila, que estaba en las mejores manos. Fue difícil volver al departamento sola, porque estaba acostumbrada a que anduviéramos las dos juntas, pero es un aprendizaje más”, cerró Claudia. Al nacer, los médicos le diagnosticaron insuficiencia cardiopática por disfunción ventricular, porque nació con las dos aurículas comunicadas y un sólo ventrículo. A los diez días de vida fue sometida a la primera cirugía paliativa, la segunda fue a los 17 meses, y a los seis años le implantaron una válvula de un donante. En octubre pasado le informaron que la válvula comenzaba a desprenderse. Eso derivó en el trasplante del pasado 6 de mayo.





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