POSADAS. Fernando “Chingoli” Bofill llega por primera vez a la ciudad para presentar sus canciones y brindar un show de humor junto a Gurí Molina, con una propuesta que tendrá sorpresas en escena y también mucha magia. Desde las 21.30, hoy, el escenario del Montoya recibirá el talento de dos correntinos unidos por la misma energía.Con esa chispa de picardía ambos artistas compartieron parte de lo que se verá esta noche, además de contar anécdotas de un recorrido artístico que los encontró en varios escenarios del país. Chingoli, es el hijo menor del querido Mario Bofill, y en torno a esa paternidad es que surgen momentos de humor, ese chiste a flor de piel que transporta al público a esos grandes momentos donde “escuchar a papá y a mí es casi igual, por el timbre de voz”. Contó orgulloso que desde pequeño la música acompañó su vida y hace tres años lanzó su carrera junto a una banda que lo acompaña en cada presentación. Indudablemente Chingoli tiene su pasión chamamecera pero poniendo su impronta en cada canción. Gurí Molina, a su vez, es uno de los humoristas que mantiene intacto ese carisma en cada show. Se siente feliz de poder trabajar junto a Chingoli y traerlo al suelo misionero, “lo conozco desde que era un gurisito, y después de grande nos encontramos en peñas en Buenos Aires. En una de esas peñas le propuse hacer cosas juntos, así surge este formato de presentaciones que es una manera de ir innovando un repertorio casi tradicional y captando nuevo público en cada paso que damos”.Esa chispa de energía lleva a ambos artistas a formar parte de un espectáculo donde seguramente la gente se encontrará con algún clásico de Marito, pero a su vez también sumará esa magnífica explisión de buen humor, “algo así como un duelo entre la música y el humor. Para que la gente vaya entendiendo con lo que se puede llegar a encontrar una vez que este allí en el Montoya”, explicó Gurí.A su vez Chingoli destacó que hacer su propia música con un estilo que lo tiene muy adentro, lo lleva a reflexionar sobre la calidad musical. “Algunas veces la gente me mira y se ríe porque hago muchos chistes parecidos a los de mi papá, pero es que surge naturalmente, nostros temeos esa pisca de humor incorporada desde siempre. Mi mamá siempre me pedía ‘hijo no hagas lo mismo que tu papá, hace algo mejor’”, contó entre risas. Es que la charla seria es casi imposible de alcanzar, porque ambos artistas tienen la picardía de las palabras y miradas, lo que le brinda a la charla un tinte ameno y lleno de alegría. Un encuentro con el humor y la buena música.





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