POSADAS. La vida no es fácil como no lo es para cualquiera de las mujeres que habitan en la Chacra 145. Pero como tantas otras de su entorno optó por tomar la posta y ayudar a las que tienen mayores problemas todavía. Tal es el caso de Gladis Lovera, que divide su tiempo entre un puesto en la nueva feria donde los sábados y domingos vende artículos de regalería y juguetería; la subcomisión de agua del barrio “Itá verá”, y caminar la zona para prevenir la violencia de género. Hace 17 años participaba en la feria de Villa Cabello pero el destino quiso que cambiara su residencia. Aquí volvió a la feria, pero se alegra porque está más cerca de su casa y en una escapada puede ir a preparar la comida para sus seis hijos. “Se vende bastante bien gracias a Dios, pero hay que sacrificarse y dejar muchas cosas como la limpieza y el lavado de la ropa para cuando hago un tiempito”. Es que en la semana se desempeña como promotora de prevención de violencia de género, y los viernes, junto a otras cuatro voluntarias, programan las actividades que realizan el resto de la semana. Entre ellas, citó las caminatas con distribución de folletería y rondas de mates en las que brindan información a las mujeres indicando adónde acudir y explicando cuál es el trabajo que hacen. “Es la promoción de la prevención”, resumió Lovera.Aseguró que “vemos muchos casos y mucho temor que lleva a no poder abrirse, a no poder salir solas, a pensar qué van a hacer solas con sus hijos. La mayoría de las víctimas tiene más de cuatro entonces se ven con miedo a quedarse solas. Por lo tanto siguen con esa misma vivencia”.Sostuvo que junto a sus compañeras son “un punto de apoyo. Le hacemos ver que cualquier experiencia que tengan de hacer cosas, fabricar, vender, es un puntapié para que puedan hacer un click y poder salir. Vivir con miedo, sometida, no es vida”.Contó que desde 2010 vienen trabajando en el barrio sobre la temática de la violencia de género pero que “también nos ocupamos de los niños en riesgo. Vemos muchos casos diferentes y tratamos de hacer un aporte. Creo que con lo poco hacemos mucho”.Confió que gracias a esa labor “se rescataron menores, mujeres, que hoy trabajan dentro del Programa de Prevención de la Violencia, donde las promotoras nos consideramos sobrevivientes de la violencia de género. Gracias a eso podemos brindar el apoyo y el aporte que las mujeres necesitan. Salimos adelante”.Manifestó que en los comienzos, en la Chacra 145 eran 22 las mujeres que se habían involucrado en la problemática pero que ahora quedaron sólo cinco. Sin embargo, en el barrio San Jorge hay cerca de 20 trabajando en el tema. Al referirse a su situación, Lovera reconoció que atravesó por muchas circunstancias pero que “tuve la fuerza de generar un cambio, salir a hablar y dar la contención que las mujeres necesitan. Muchas, en momentos de mucha bronca, angustia, se enojan y hacen la denuncia correspondiente pero después el proceso sigue y hay que continuar, pero si no tienen la contención necesaria bajan los brazos. Es decir, vuelven al mismo círculo de violencia”. Dejó en claro que “nuestro interés no es separar parejas sino tratar de cambiarlas para que lleven una vida libre de violencia”.





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