PUERTO RICO. El popular barrio San Miguel de esta localidad cuenta con sus leyendas vivientes, una de ellas es doña Juana, quien vive en el lugar desde hace 50 años y permanentemente organiza actividades destinadas a fortalecer el sentido de pertenencia del barrio, unir a los vecinos y generar espacios para los niños y los jóvenes. En este sentido, se organizó, con la colaboración de los vecinos y la comisión del barrio, una comilona en honor a San Antonio. La misma tuvo lugar en el salón comunitario y, a pesar de las inclemencias del tiempo, contó con muy buena participación. “Tengo mucho amor por este barrio y todo lo que se hace es de corazón, por eso siempre a pesar de que nos estamos poniendo viejos tratamos de seguir haciendo algo, procurando que podamos trabajar unidos por el bien del barrio y que podamos mejorar”, expresó. Respecto a la actualidad del barrio, dijo: “Ahora con la nueva comisión muchas cosas se están mejorando, como el salón comunitario que tiene nuevamente actividades. Sin embargo tenemos mucha precariedad, la cocina no tiene techo y es muy importante eso, además necesitamos que llegue la cloaca y el asfalto, son necesidades que tenemos y ojalá pronto lo podamos resolver”. Juana Evangelista Gonzáles, o doña Juana, como la conocen en el barrio, tiene 77 años y vive con su esposo Francisco Benítez. Juntos, organizan para los niños la tradicional chocolatada todos los 20 de junio y paquetitos en la Navidad. Los vecinos ayudan y tratan de seguirles el ritmo, eso hace que el barrio sea mejor y más unido. “Quiero agradecer a todos los que han colaborado con esta comilona y gracias a la gente por venir”, finalizó. El barrio San Miguel es uno de los más grandes y antiguos de esta localidad y uno de los más populares. Quedó relegado durante varios años sin poder conformar una comisión directiva para impulsar las actividades y principalmente el mantenimiento del salón comunitario, que cuenta con un espacio para deportes, un comedor, aulas y cocina. Luego de muchos años sin gestión, todo se deterioró y quedó en estado de inutilidad. Ahora, con la nueva comisión, las actividades se están retomando aunque todavía necesitan de mucha inversión para que el lugar quede en condiciones y se convierta, de nuevo, en un punto de referencia en pleno corazón del barrio.





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