POSADAS. Entes internacionales recomiendan, como mínimo, un uniformado cada 115 habitantes. Durante 2014 el propio ministro de Gobierno, Jorge Franco, había admitido que para que la Policía brindara un servicio aceptable debían contarse 180 “civiles” por cada agente. Sin embargo, la realidad en la capital provincial y sus alrededores dista y mucho: en Posadas y su jurisdicción policial hay un policía para cada 241 habitantes.El número duplica la cifra recomendada por la Organizaciones de las Naciones Unidas y dista mucho de la que Franco mencionó en público. Y no sólo eso: en realidad, en la práctica, los policías son aún menos, si se tiene en cuenta el merecido descanso diario pero también los uniformados destinados a tareas administrativas, a la custodia de funcionarios y al cuidad de edificios y entes públicos.Está claro que el factor “calidad” es por demás importante. Pero no es poca cosa analizar la “cantidad”. Y allí los números aportados por las fuentes a PRIMERA EDICIÓN indican que los recursos humanos son todavía insuficientes para atender a la correcta seguridad de los posadeños.La jurisdicción policial se divide en dos dependencias coordinadoras. Por un lado está la Unidad Regional I, que toma toda la zona norte de Posadas hasta la avenida Quaranta; y por otro, la Unidad Regional X, que sufre verdaderos problemas al respecto, en virtud de que la jurisdicción abarca desde Quaranta hacia el sur e incluso las localidades de Garupá, Candelaria, Profundidad, Cerro Corá, Santa Ana y Loreto.En la UR-I cumplen funciones 650 policías, mientras que en la UR-X son 750. En esos números están incluidos personal de las comisarías, de las propias unidades y de los comandos o dependencias operativas.La suma de esos elementos arroja un total aproximado de 1.400 efectivos policiales -sin tener en cuenta que a diario una buena porción de ese total goza del merecido franco de servicio- que deben velar por la seguridad de 338.498 habitantes, nada más y nada menos.Y el número desciende todavía más si se tiene en cuenta que al menos un diez por ciento está destinado a la custodia de funcionarios públicos, algunos de los cuales cuentan con un verdadero ejército privado, tal como PRIMERA EDICIÓN denunció en un informe especial en 2011. Sin embargo, al respecto nada parece haber cambiado, más allá de que el que paga es el pueblo a través de sus impuestos.“Para cumplir con los requerimientos de la sociedad actual, nuestra Policía necesita al menos del doble del personal con el que cuenta ahora. Somos seis mil y deberíamos ser, por lo menos 12 mil”, le contó a este diario un contacto de la fuerza provincial, quien indicó que la falta de personal se refleja por ejemplo en los escasos efectivos que cumplen guardia en cualquier comisaría posadeña, por ejemplo, durante las noches. “A veces hay cinco efectivos, uno queda en la guardia, otro debe velar por los presos en los calabozos y los otros tres deben arreglarse para cuidar toda una jurisdicción”, sentenció el entrevistado. La problemática afecta también al interiorComo PRIMERA EDICIÓN informó este año en otras dos producciones especiales, la escazes de personal policial afecta también a las jurisdicciones del interior provincial.El martes 7 de abril este diario dio a conocer una estadística esclarecedora, en la que se informó que en jurisdicción de la UR-VIII, en San Vicente, prestan servicio 250 hombres para cuidar de unos 115 mil habitantes. No es un dato menor: allí hubo 23 homicidios en 27 meses. Los efectivos no dan abasto.Insólitamente, con esa misma cantidad de habitantes, la jurisdicción de la Unidad Regional II, en Oberá, tiene cerca de 600 policías afectados. El promedio se eleva en beneficio de los habitantes de la zona centro, pero en detrimento de la UR-VIII.Las otras unidades que funcionan en la provincia tienen básicamente el mismo problema: la falta de personal y de equipamiento es uno de los dramas que se enfrentan a diario en la comisaría.





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