POSADAS. Uno de los principales argumentos esgrimidos por los funcionarios provinciales que dificulta la delimitación de las tierras mbya en los relevamientos es su carácter de nómades, es decir, que se trasladan de un lugar al otro en el monte. Al respecto, Javier Villalba, integrante de la aldea Perutí de El Alcázar, señaló que “no es que seamos nómades, es que históricamente escapamos de los blancos que avanzaban sobre nuestras tierras, entonces lo que hacían nuestros padres y abuelos era irse monte adentro para preservarse”.Recalcó la importancia de que distintos actores de las aldeas y no sólo los caciques puedan participar de la discusión del anteproyecto de Propiedad Comunitaria de Tierras Indígenas (PCTI).Así lo señalaban desde el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), con actual sede en Misiones: “El Estado está obligado a consultar a los pueblos indígenas acerca de este anteproyecto y de todo lo concerniente a sus territorios, caso contrario, este procedimiento carecerá de valor”. “Esa consulta tiene que ser a través de procedimientos apropiados, de buena fe, conforme a las pautas culturales de cada comunidad, no que vengan a imponer tiempos, formas y representantes. Tiene que haber información suficiente sobre el contenido del proyecto en su totalidad y un contexto apto para un análisis y discusión seria al respectó”, destacaba la abogada Stella Marys Martínez, integrante de la Asesoría Jurídica de Endepa y de la Asociación de Abogados/as de Derecho Indígena. Actualmente participan en los debates los ministerios del Agro, Ecología y Derechos Humanos. También la Dirección de Asuntos Guaraníes y el Consejo de Caciques.Conflicto eternoEn una entrevista con Radio Nacional Iguazú, Javier Villalba explicó cómo desde mediados de la década de 1980 las aldeas, con mucho esfuerzo y diálogo, encuentros y desencuentros, lograron constituir una asociación civil que tuvo como objetivo canalizar el permiso de ocupación de tierras que entonces ya estaban en manos de empresas o familias terratenientes. “Eran entre cinco y seis mil hectáreas de tierra que estaban en manos privadas, que por medio de la asociación pudimos ocupar, pero el permiso era de menos de cinco años y eso nos daba una gran inseguridad. Además, todo el tiempo las distintas aldeas sufrieron y sigue sufriendo atropellos y tratan de refugiarse tierra adentro, pero hay algunas que tienen tan pocas tierras que no lo pueden hacer”, contó.Y recordó que años atrás “el Gobierno provincial otorgó estas tierras a la asociación para que fueran cedidas a las comunidades, pero lamentablemente hoy están ocupadas por otras personas”.No era sencillo conocer cuál era la extensión de las tierras destinadas a cada aldea, ya que no tenían referencias ciertas de los límites. “Nos encontrábamos con alambrados y sabíamos que detrás era propiedad privada y era muy difícil poder discutir estas cuestiones con la gente que las habitaba, siempre fue muy conflictivo”, recalcó Villalba.Recién con la Ley de Relevamiento de tierras originarias (2006), que comenzó a aplicarse años después, las aldeas pudieron comenzar a conocer la extensión precisa de sus tierras y tener georreferencias de sus límites. Una radio para PerutíCon intención de hacer oír su voz a la comunidad de la zona y, con ello, seguir construyendo identidad, la aldea Perutí proyectó hace ya algunos años el desarrollo de su propia radio. La misma está siendo canalizada por medio de la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). “Estamos armando la carpeta del proyecto con ayuda de algunos colaboradores de Posadas, es algo muy complicado para nosotros porque tiene muchos términos técnicos, pero esta semana estaremos completando para que lo firme el cacique y podamos presentarlo. Es para poder solicitar el equipamiento técnico”, señaló Villalba.




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