PARAJE PENÍNSULA, Comandante Andresito. La Escuela 891 funciona desde hace siete años en la comunidad rural que no sólo demandó su creación, sino que colaboró en la construcción donando incluso materiales. Allí asisten treinta alumnos de la zona que están a cargo de sólo dos docentes y ya están pidiendo una escuela secundaria y de adultos. Pero a contramano del pueblo las autoridades educativas deslizaron la posibilidad de que sean degradados a aula satélite y depender de la Escuela 565, cuya matrícula es tres veces inferior: tiene entre ocho y doce alumnos y cinco cargos docentes. Para expresar su disconformidad con la decisión, los vecinos que viven en permanente contacto con la institución, realizaron un abrazo simbólico a la escuela, que se encuentra a 25 kilómetros de Andresito.Decisiones para desconfiar La Escuela 565 dista unos doce kilómetros de la 891 y, a pesar de su muy baja matrícula tiene cinco cargos docentes, un edificio prácticamente nuevo y totalmente desproporcionado en tamaño para la cantidad de estudiantes. Algunas fuentes sindican a la 565 como “la escuela del acomodo” y explican que para justificar tantos cargos estarían realizando esta maniobra de absorber a la 891 para que, por lo menos en los números, les de la relación docentes-alumnos.Parte de la comunidadEn la Escuela 891 trabajan dos docentes. Además de nivel primario, reciben a los niños de nivel inicial y a tres chicos con discapacidad cuyas familias no pueden llevar a la escuela especial, que se ubica en Andresito.Los padres y madres de la comunidad sienten a la institución como parte importante de ésta y manifiestan no haber sido escuchados por la supervisora, ni por las autoridades del Consejo General de Educación (CGE), inclusive han viajado a Posadas a dialogar con el ministro de Educación, Luis Jacobo, quien luego de hacerlos esperar cinco horas decidió no atenderlos. “Hace siete años construimos esta escuela, donamos la tierra al CGE y trabajamos durante meses para hacer el edificio, toda la comunidad aportó lo suyo maderas, chapas, trabajo para lograr tener la escuela”, relató Celso, uno de los padres fundadores, a PRIMERA EDICIÓN. “Ahora nos quieren cerrar, pero no lo permitiremos”, agregó.“Nos trató como perros”Los padres, al no obtener respuesta del supervisor zonal, decidieron realizar la larga travesía hasta Posadas para dialogar con Jacobo. Lamentablemente, el titular de Educación, a pesar del sacrificio hecho por los padres y de la necesidad de ser escuchados, no hizo honor a su cargo: “El supervisor nos había dicho que el ministro decidió cerrar nuestra escuela y entonces decidimos ir a Posadas a hablar con él para explicarle nuestra necesidad. Pero nos trató como perros, no nos atendió y cuando lo seguimos por el pasillo para explicarle nuestra situación nos contestó muy maleducadamente y se fue, ni siquiera nos escuchó, hicimos 400 kilómetros para ir a hablar con él y ni nos atendió”, expresó Fabián, integrante de la cooperadora escolar y padre de dos alumnas. Defender lo logrado“Yo tengo siete hijos en la escuela, soy analfabeto, mi esposa es analfabeta, nosotros no tuvimos la posibilidad de estudiar porque no podíamos viajar hasta el pueblo, no teníamos medio de transporte, ni plata, ni tiempo para recorrer 25 kilómetros. Hoy ellos me ayudan a leer y hasta con los números, trabajamos toda la vida para que nuestros hijos tengan un futuro mejor y por eso vamos a defender nuestra escuela. Acá en lugar de cerrarla, tiene que abrir el secundario, porque sino los chicos van a dejar los estudios porque es mucha la distancia”, expresó Martiniano. “Ahora necesitamos una escuela de adultos, somos muchos los que queremos estudiar, el intendente lo sabe, el ministro lo sabe, si no hacen nada es porque no les interesamos”, agregó.Doña Ivonne (67) lleva 34 años viviendo en el paraje: “Estoy muy indignada, durante muchos años luchamos para tener una escuela. Mis hijos tuvieron que estudiar internados en el pueblo (Andresito), tuvimos que separar la familia para que ellos puedan estudiar, y eso todavía duele. Ahora mis nietas están estudiando acá. Y hoy mientras pedimos un secundario, un pozo de agua y una escuela para adultos, la respuesta es que nos quieren bajar (a aula satélite). Es increíble, vamos a defender la escuela hasta las últimas consecuencias”.




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