COLONIA MADO. Una niña de siete años debió ser llevada de urgencia al hospital de esta localidad porque sufrió un fuerte golpe en la cabeza al caerse la viga de la precaria aula satélite que funciona en la aldea guaraní Ysyry. La niña se encontraba en clase junto a sus compañeros cuando se desprendió una madera podrida del techo, que le hizo un corte en la cabeza. Fue trasladada al hospital y por la tarde fue dada de alta, tras practicarle las curaciones. “Pero ahora está en cama la nena, no se recupera”, contó preocupado a PRIMERA EDICIÓN el cacique de la comunidad, Dalmacio Ramos (28). “El viernes, la directora de la escuela (Nº 283 de Mado, de la cual depende el aula satélite) fue al Municipio (de Mado) llevando fotos y pidiendo que vinieran a ayudarnos a arreglar, porque mañana -por hoy- hay que retomar las clases y el techo es un peligro: se puede seguir cayendo. Nos dijeron que iban a venir el sábado (23 de mayo) pero no apareció nadie”, agregó Ramos.Hoy, en esas pésimas condiciones, los 33 niños desde cuatro años que asisten al aula satélite (en el mismo salón funciona el nivel inicial y la primaria) deben retomar las clases tras el fin de semana largo.“En la comunidad nosotros no tenemos materiales ni herramientas, por eso necesitamos que vengan a ayudarnos, pero hasta ahora no tuvimos respuestas del Municipio”, explicó el cacique de Ysyry.Buscan independizarseLa escuela de la aldea es un aula satélite de la Escuela 283 de Mado. En las comunidades cercanas de Aguaraí Mini y Aguaí Poty también tienen aulas satélites de la misma institución. Eso hace que toda decisión que deba tomarse en las comunidades deba ser administrada por la directora, lo que por lo general, según Ramos, dificulta las cosas y por eso hace tiempo que se viene pidiendo que el establecimiento de Ysyry pase a ser escuela.El aula funciona en una pequeña y precaria construcción de madera que fue construida sobre tacos de madera en 2010, por iniciativa de la propia comunidad. Desde entonces, muchas tablas se han roto y el aula no ha tenido ningún tipo de mantenimiento, pese a que desde la aldea vienen solicitando reparaciones al Municipio desde hace tiempo. El nivel inicial funciona en un rincón del salón y la secundaria en la galería, que fue cerrada con maderas improvisando paredes. “Hace diez meses presentamos una nota al Municipio (de Mado) para que vengan a arreglar el aula. También vinieron desde el Ministerio (de Educación) y vieron cómo estaba todo, pero no han arreglado nada”, indicó Ramos. A principios de mayo, tras el incendio de una de las casas de la comunidad (ver recuadro), el Ministerio de Derechos Humanos visitó Ysyry para conocer la situación, que afecta a varias familias que viven en casas muy precarias. Lógicamente, todos en la comunidad desean que sea más que un arreglo y puedan tener un edificio nuevo y más cómodo donde estudiar.Precariedad educativaEn esta aula satélite la precariedad no sólo se plasma en lo edilicio: tienen una sola maestra para 33 alumnos de distintos grados y trabajan todos en el mismo salón, compartiendo espacio con los niños más pequeños del nivel inicial.En cuanto a los maestros bilingües, no hay ninguno nombrado pese a que en las aulas satélites de las tres comunidades hay quienes se desempeñan en esta importante actividad que tiene como fin alfabetizar en lengua mbya guaraní e incorporar los contenidos socioculturales a su aprendizaje. “Para la comunidad de Ysyry yo soy maestro, enseño a leer y escribir, pero para el Estado no soy maestro, no hay un reconocimiento”, resumió Ramos, quien hace tiempo está a cargo de esta tarea en la aldea y reclama que su trabajo sea reconocido, al igual que el de sus pares. Emergencia habitacionalUn matrimonio con dos hijas y un bebé en camino vivieron temporalmente en esa escuela a principio de mayo. Fue tras el incendio de su casa, aparentemente intencional, ya que existe un conflicto en que el intendente quiere ocupar tierras de la aldea para familias criollas.Desde entonces, la familia vive en una carpa. Hace años que Ysyry reclama la construcción de casas para las familias más vulnerables.Tras el incendio, autoridades de Derechos Humanos visitaron la comunidad y posteriormente se reunieron con Iprodha para resolverlo, pero hasta el momento, según Ramos, no hay novedades.




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