BRASILIA, Brasil (AFP-NA). El primer ministro chino, Li Keqiang, aterrizó ayer en Brasilia para una visita que conlleva la promesa de invertir 50.000 millones de dólares en nuevos proyectos, una potencial bocanada de oxígeno para la estancada economía local.Li se reunirá con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su gabinete el martes 19, día en que partirá a Río de Janeiro por la noche para repasar algunas iniciativas del país asiático en la ciudad sede de los Juegos Olímpicos 2016. Al día siguiente viajará a Colombia.La segunda generación de inversiones chinas en Brasil, tras la inicial en materias primas, se concentrará en la industria pesada y en obras de infraestructura, explicó recientemente el subsecretario general de Política, José Graça Lima, de la cancillería brasileña.Además de concretar la compra de un primer segmento de 22 aviones Embraer, parte de una operación ya acordada de sesenta aeronaves, y la reapertura del mercado del país asiático a la carne bovina brasileña, la lista de negocios a abordar incluye autopartes, equipos de transporte, energía, puertos, hidroeléctricas y ferrovías. En carpeta estará también la ambiciosa idea de construir un corredor “ferro-oceánico” que permita sacar exportaciones brasileñas a China por el Pacífico, un proyecto monumental que atravesará parte de la Amazonia y se extenderá hasta Perú.Brasil vive un enfriamiento económico que ya va por su quinto año, y una inyección de dinero fresco podría ayudar a dinamizar algunos negocios con problemas de fondos, como fue el acuerdo por 3.500 millones de dólares que firmó en abril la estatal Petrobras, golpeada por un escandaloso fraude, con el Banco de Desarrollo de China.“China está tomando el muy necesitado rol de inversor en América Latina y el Caribe, y Brasil necesita inversiones desesperadamente”, dijo a la AFP Charles Tang, presidente de la Cámara de Comercio Brasil-China en una entrevista sobre la proyección del viaje de Li.“El patio trasero de Estados Unidos se está convirtiendo en el jardín de China. Y no sólo en Brasil, sino en toda América Latina”, añadió.El paso de Li por Brasilia tendrá como telón de fondo una reunión de empresarios de ambos países de gran escala, que según la cancillería local, sentará a 130 hombres de negocios a cada lado de la mesa.La intensa relación Brasil-China creció aceleradamente en los últimos quince años, algo que se reflejó en el intercambio comercial, que saltó de 3.200 millones de dólares en 2001 a 83.300 millones en 2013.




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