BERNARDO DE IRIGOYEN. Un joven agricultor denunció haber sido brutalmente golpeado por efectivos policiales que lo dejaron inconsciente y, luego del ataque, lo abandonaron en el hospital local.La denuncia fue radicada por Ramón Ariel Batista (21), hijo de una familia de pequeños agricultores que vive y trabaja en el paraje Campiñas. Según su relato, el sábado por la noche decidió salir a divertirse en el centro irigoyense, pero fue una de las peores noches de su vida: los efectivos lo detuvieron y trasladaron a la comisaría -según él- sin mayores razones. Tanto en esa dependencia como en el viaje recibió una dura golpiza que le hizo perder el conocimiento. Cuando despertó, se percató de que había sido abandonado en el hospital local.Según contó el denunciante a PRIMERA EDICIÓN, “estaba en un bar pool cuando alrededor de la 0.30 salí, ahí llegó la Policía. Sin preguntarme nada, (los efectivos) me subieron a los golpes al patrullero y también a los golpes me llevaron hasta el hospital”, relató Ramón, quien agregó que “me pegaban en la cara, en la cabeza, en la nariz, por todos lados”.“Cuando salimos del hospital, otra vez empezaron con los golpes, que siguieron en la comisaría. Me pegaron en el estómago, en la cabeza, en la boca, hasta que me desmayé y amanecí en el hospital”, narró Batista, quien contó que cuando les dijo a los policías que su accionar era inhumano e ilegal “se enfurecieron y retomaron la golpiza”.“Somos todos iguales, el hecho de tener uniforme no les da derecho a golpear a nadie”, reflexionó el joven, quien detalló además que le pegaron entre cuatro uniformados. “Desconozco los nombres, pero eran los que estaban en la patrulla”, dijo. También preocupado se expresó su padre, Dorvalino Batista: “Nosotros debemos respetar nuestra autoridad, pero también ellos deben respetarnos a nosotros. Esto así marcha mal, llevamos 40 años en el pueblo y como padre de una familia agricultora crié once hijos honestos y trabajadores, esto que ha pasado es inadmisible, mi hijo amaneció ‘garroteado’ y desmayado en el hospital, estoy dando vueltas desde temprano para ver cómo está y haciendo las denuncias correspondientes, la ley debe regir para todos, no puede seguir sucediendo que le pegan a un ciudadano y no hay sanciones. Desde hace cuatro o cinco años que veo eso y es común que un joven de la colonia, cuando sale a divertirse, termine mal. ¿No tenemos derecho a llegar al pueblo? ¿Debemos encerrarnos en las chacras para que la Policía no nos ‘garrotee’?”, increpó el padre.El hombre también contó que debió contactarse con un conocido comunicador de la zona para lograr así que se le realizara a su hijo un segundo examen médico, en virtud de que el primero no coincidía con lo sucedido, según sus propias palabras.“El primer certificado era un absurdo intento de hacer de cuenta que no había pasado nada, cuando en realidad Ariel estaba todo golpeado y sin sentido lo habían tirado en el hospital”, afirmó y agregó que “por eso insistimos con un nuevo examen, para que, a través de la correspondiente denuncia y un certificado médico coincidente con lo real, se impulse una investigación y los responsables sean sancionados”.Tras dialogar con este medio, Batista fue trasladado ayer al mediodía hasta el hospital de San Antonio, donde fue examinado nuevamente. Ese certificado -explicó- se adjuntará al expediente que ya se abrió en base a la denuncia, que también realizará ante la fiscalía.




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