POSADAS. Gracias a las diversas colaboraciones recibidas, los abuelos del Club “Harmonía”, del barrio Hermoso, pudieron concretar su sueño de ampliar las instalaciones y de esta manera albergar a más interesados en sumarse al proyecto. “La ampliación es el resultado de alrededor de tres años de trabajo”, manifestó María “Titina” Bustamante, presidenta del club, que en septiembre celebrará los 31 años de su fundación.Contó que la obra corresponde a una galería que se levantó en la parte posterior del predio y que incluyó el contrapiso, la estructura metálica, las chapas para el techo, las membranas y la mano de obra, prácticamente todo producto de las distintas donaciones recibidas. Admitió que era un proyecto de vieja data. “Teníamos una galería atrás y como es cada vez mayor el número, resultaba chico el lugar. Tomamos coraje y decidimos agrandarla pero no todo es fácil. Ahora está techado y faltan algunas terminaciones”.Si bien no están en condiciones de realizar la inauguración del nuevo espacio, al que aún resta colocar los pisos, los abuelos se reunieron el pasado 8 de mayo y compartieron una fiesta que incluyó un exquisito chocolate con facturas.La oportunidad fue propicia para que los abuelos del club bailaran, demostrando las habilidades, ya que allí tienen clases de folklore. “Este es uno de los clubes más completos porque aquí hay una psicóloga que dicta clases de autoayuda, hay una profesora de manualidades con la que tejen, bordan, hacen pintura sobre tela y telar, una profesora de computación y otra de gimnasia. También posee personal de servicio (enfermero, masoterapia y pedicura). Y todos estos talleres funcionan gracias al subsidio que nos brindan desde el Pami”, explicó Bustamante, quien permanecerá en el cargo hasta mediados del año venidero, cuando deberán llamar nuevamente a elecciones. Confió que se reúnen los días lunes, miércoles y viernes, y que al final de cada reunión se sirve a los abuelos un pequeño refrigerio. En invierno puede ser chocolate con facturas o galletitas, y cuando hace calor gaseosas, depende de los fondos disponibles.Destacó las habilidades del grupo humano, que es “hermosísimo”, y al club de calle Jerusalén 6677 “que es como un pulmón, una contención porque vienen a pasar el rato, a tomar un mate, a hacer gimnasia, bailar, o mirar lo que hacen los demás. A la gente que encuentro, invito a venir a tejer historias porque hay lugar para todos”. Indicó que las reuniones convocan a entre treinta y cuarenta abuelos por jornada aunque, por diversas razones, no todos acuden el mismo día.





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