OBERÁ. Una noche de tensión se vivió el sábado en el barrio Cien Hectáreas de esta ciudad, donde un irascible vecino agredió a machetazos a su pareja y a una vecina, tras lo cual tomó como rehenes a sus propios hijos y se atrincheró en su casa, donde amenazó de muerte a los policías que llegaron al lugar.Después de largos minutos de angustia, el forajido finalmente se entregó ante los uniformados, que rodearon la vivienda y no le dejaron escapatoria. Afortunadamente ni las mujeres agredidas ni los niños -si bien sus edades no trascendieron, ambos son menores- sufrieron lesiones de consideración.Fuentes de la investigación le contaron a PRIMERA EDICIÓN que el drama se desató unos pocos minutos antes de las 23 del último sábado en el barrio antes mencionado, hacia el norte de la ciudad, a pocos metros de la intersección de las calles Caroba y 11.En ese lugar, distante unas cuatro cuadras de la avenida de Las Américas, habitantes de la zona activaron el sistema de emergencias de la Policía provincial ante la presencia de un vecino que portaba un arma blanca y atacaba a su actual pareja y a una vecina.Al parecer, el irascible sujeto, de 42 años, identificado como Fabián, cenaba en una casa contigua a la suya cuando se inició una acalorada discusión con los presentes. Fue entonces que tomó un machete de importantes dimensiones y comenzó a atacar a las mujeres con las que compartía la noche, su pareja y la vecina.Según la información que trascendió ayer, afortunadamente agredió a las víctimas con la parte plana del arma blanca, razón por la que ambas sólo sufrieron escoriaciones menores.Sin embargo, lo peor llegó después. Es que el caso generó revuelo y los vecinos llamaron a la Policía. Y al percatarse de la llegada de los primeros patrulleros, Fabián no tuvo mejor idea que tomar como rehenes a sus propios hijos y atrincherarse en su vivienda.Fueron largos y desesperantes minutos, en los que el irascible mantuvo a los pequeños en contra de sus voluntades e incluso amenazó con lesionarlos. También dijo que mataría a los policías que se atrevieran a entrar al inmueble.No obstante, en un momento de claridad, el hombre entendió que había sido rápidamente rodeado por efectivos del Destacamento Cien Hectáreas y de la Unidad Regional II y que no tenía escapatoria. Entonces, decidió deponer su actitud: salió del lugar, arrojó el machete al suelo y se entregó a los policías.Las autoridades primero revisaron a los pequeños, que en principio no habrían sufrido lesiones, aunque se encontraban en estado de shock por la pesadilla que vivieron.Fabián fue trasladado rápidamente a un calabozo, donde aguarda ahora por ser llevado ante la Justicia. Allí tendrá la oportunidad de explicar, si es que puede, por qué hizo lo que hizo y sembró el terror en el barrio Cien Hectáreas.





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