PUERTO RICO. La recientemente inaugurada Unidad Penitenciaria Provincial VII de Encausados y Procesados, con asiento en esta localidad se perfila a ser una unidad modelo dentro de la provincia. Dotada para albergar hasta 150 internos, incorpora nuevos conceptos pensados en la misión principal del lugar, que es preparar a los internos para el día en que recuperen su libertad. Sin embargo, la puesta en funcionamiento todavía no se pudo concretar, pese a que ya transcurrieron casi tres semanas desde su inauguración, porque necesita un mínimo de 120 agentes, para hacerlo operativo.PRIMERA EDICIÓN dialogó con el director del Penal, el alcaide inspector Julio César Zarza, quien manifestó que “todas las personas que están privadas de su libertad en algún momento la van a recuperar y nuestro trabajo es prepararlos para que puedan retomar sus vidas, que al salir de acá lo hagan sabiendo algo y reducir de ese modo las posibilidades de que vuelvan a delinquir. El lugar fue pintado de una manera totalmente distinta, con colores que ayudan a serenar las ansiedades que muchas veces se viven en lugares como este y que muy a menudo generan roces entre los propios internos por las lógicas razones de que están demasiado tiempo juntos y cada uno vive una realidad distinta, empezando por la situación económica y la contención familiar”.Si bien la Unidad está en condiciones de funcionar, aún no cuenta con el personal suficiente como para hacerlo, hablamos de unos 120 agentes que serían los necesarios como para comenzar a recibir internos. En este sentido, Zarza explicó que “esto puede ser una fuente laboral para las personas de la zona, ya que siempre se priorizan en los puestos de trabajo a los que tengan residencia próxima al lugar”, pero por ahora todavía no logran el cupo mínimo para empezar a funcionar. En tanto, agregó que “se está a la espera de las órdenes superiores sin tener una fecha específica para la puesta en funcionamiento”.ZonalEsta Unidad Penal va a albergar a detenidos de la zona y de localidades vecinas, en principio a los que ya se encuentren asignados en alguna otra unidad y luego a todos los detenidos en las distintas comisarías de la Unidad Regional IV y las que puedan ser asignadas por orden judicial. El muro perimetral con alambres de púa tiene unos cinco metros y cuenta con sus respectivas torres para centinela. Inmediatamente después del portón de acceso se encuentra el personal de guardia externo, luego el panel administrativo con 12 modernas oficinas y la jefatura de seguridad externa donde se encuentran las cámaras de seguridad.Zarza, con sus 25 años de experiencia explicó que “es muy importante para los internos tanto la comodidad como las actividades que se les pueda generar, eso evita muchos problemas”. Para ello, el lugar cuenta con distintos talleres como cocina y panadería donde ellos se elaboran sus propios alimentos, los que son de producción diaria; cuenta además con un salón comedor y de visitas, campo de deportes y espacios para los talleres de laborterapia, talleres de capacitación de oficios y tres aulas para la Escuela Especial Carcelaria. Además posee un salón de exposiciones donde se podrán exhibir los trabajos que se realicen. Seis pabellones, diez celdas bien ventiladas y todas pintadas con colores pensados para que colaboren con el buen estado de ánimo del interno; baños con ducha caliente, lavadero, enfermería y odontología. Los mismos internos se ocuparan de hacer su comida, de lavar sus pertenencias y de mantener limpio el lugar. NuevosvecinosNo fue poca la polémica y el rechazo de la comunidad a la instalación de la Unidad Penitenciaria en esta localidad. Principalmente por la falta de información al respecto pero también por la ubicación de la misma, ya que fue construida entre el barrio de viviendas San Francisco, donde residen unas 300 familias y el inicio de la colonia San Alberto Puerto; lo que significa que se encuentra en una zona urbana. Pero lo que generó más polémica fue que se encuentra a una cuadra de la Escuela 228 (primaria) y justamente enfrente del CIC (Centro Integrador Comunitario), cosa que muchas personas consideraban incompatibles, es decir, que estas instituciones no debían estar juntas. Al CIC y la nueva Unidad Penitenciaria solamente los divide una calle, pero la vista son los muros, los tejidos y los centinelas; una fusión extraña que ingresa a una nueva etapa de adaptación y cambios.





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