LONDRES, Reino Unido (Agencias y diarios digitales). El Partido Conservador del primer ministro David Cameron ganó las elecciones celebradas el jueves en Reino Unido, con una mayoría absoluta que nadie esperaba. Los tories ganaron en total 331 escaños, cinco más de los necesarios para gobernar en solitario, una posibilidad que ninguna de las encuestas publicadas en los días previos contemplaba.Ayer, los resultados provocaron la dimisión de los líderes de los tres partidos perdedores: el laborista Ed Miliband, el liberaldemócrata Nick Clegg y Nigel Farage, de liberal y euroescéptico UKIP.El resultado tomó por sorpresa a la propia reina Isabel II, que se encontraba en el palacio de Windsor. Tuvo que cambiar sus planes para llegar a Buckingham para recibir la visita del primer ministro Cameron que le informó que está en disposición de formar Gobierno a la brevedad.La otra gran noticia de las elecciones fue la aplastante victoria del partido de los nacionalistas escoceses (SNP) de Nicola Sturgeon. Escocia se convierte así en una región prácticamente bajo un solo partido, que obtiene todos los 59 escaños escoceses menos tres, quedando sólo uno en manos de los laboristas, antes mayoritarios al norte de la frontera. “Sabíamos que lo íbamos a hacer bien”, declaró Sturgeon, “pero nunca habría soñado que conseguiríamos 56 de los 59 escaños escoceses”.El SNP creció de manera espectacular desde los seis escaños que logró en 2010. Con este resultado, los nacionalistas escoceses, a los que muchos consideraban acabados tras la derrota en el referéndum por la independencia de Escocia del pasado septiembre, se convierten en la tercera fuerza política del Parlamento británico.Cameron deberá manejar entonces las presiones independentistas de una Escocia que, después de votar en septiembre pasado por permanecer en Reino Unido, abrazó ahora mayoritariamente al partido que defendió la secesión.El resultado implica también que Reino Unido celebrará un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea (UE) antes del final de 2017, como prometido el primer ministro. Cameron tendrá ahora que manejar las presiones de los sectores más eurófobos de su partido si quiere mantener al país en la UE.SemblanzaEl líder conservador británico convirtió de nuevo a su partido en la gran fuerza dominante del Reino Unido, con un estilo más cercano al del laborista Tony Blair que al de su admirada Margaret Thatcher.Su holgada victoria en las elecciones del jueves no había sido pronosticada por ningún sondeo y significa un segundo mandato consecutivo para los conservadores desde 1990.Cameron ya fue el primer ministro más joven en 200 años y el hombre que acabó con trece años de gobiernos laboristas.Combina una imagen sonriente y moderna, como la de Tony Blair, y la determinación que se les supone a los conservadores de hacer el trabajo sucio de limitar la inmigración y cuadrar las cuentas públicas, algo que con la crisis se volvió importante para el electorado.La determinación de cambiar las cosas caiga quien caiga, que caracterizó a Thatcher, no es la de Cameron: la inmigración no se redujo en su primer mandato, como había prometido, y las cuentas quedaron un poco más saneadas. El país, eso sí, crece a buen ritmo (2,5% en 2014).“Cameron es básicamente un conservador y en esa tradición no es muy dado a las grandes visiones”, explicó Nick Clegg, el que fue su viceprimer ministro y líder de los demoliberales -socios minoritarios de la coalición de gobierno- hasta ayer, cuando dimitió por los malos resultados electorales.“Si hubiera un deporte de relajarse sería campeón olímpico”, dijo un colaborador suyo a sus biógrafos. “Es una extraña combinación”, escribió su primo Harry Mount en el diario The Sunday Times. “Un hombre inteligente y políticamente ambicioso en un cuerpo afable y poco amante de las complicaciones”.David William Donald Cameron nació el 9 de octubre de 1966 en una familia acaudalada y se crió en Peasemore, una pequeña localidad del condado de Berkshire. Su padre era corredor de bolsa y su madre magistrada. Al igual que sus tres hermanos, gozó de una educación privilegiada. Con siete años, ingresó en la escuela Heatherdown, que contó entre sus alumnos con los príncipes Andrés y Eduardo de Inglaterra, antes de pasar cinco años más tarde al elitista y muy prestigioso colegio de Eton. Un centro que, con él, dio 19 primeros ministros al Reino Unido, además del actual alcalde de Londres, Boris Johnson, con quien Cameron compartió membresía del club de estudiantes Bullingdon, famoso por sus borracheras y juergas legendarias.Luego estudió en la Universidad de Oxford, de la que salió en 1988 licenciado en Filosofía, Política y Economía.Cameron es descendiente directo del rey Guillermo IV (1830-1837), y según confesó recientemente, primo decimotercero de Kim Kardashian, la celebridad estadounidense.Al parecer, según un sitio genealógico, los árboles de uno y otro se tocan en un tal Sir William Spencer, un inglés nacido en 1555. Su bisabuelo materno, su tatarabuelo y el padre de éste fueron diputados conservadores. Aunque no militó políticamente en la universidad, entró a trabajar de inmediato en el Partido Conservador, en el departamento de investigación.Tras colaborar con el primer ministro John Major en la preparación de sus comparecencias en el parlamento, asesoró a varios ministros.En 1993, sin embargo, dejó temporalmente el partido para convertirse en director de comunicación en el grupo de medios Carlton, donde perfeccionó sus dotes de relaciones públicas y aprendió a lidiar con la prensa. Su única experiencia en el sector privado terminó en 2001 cuando, tras un primer intento fallido, ganó finalmente un escaño en el parlamento.A partir de ese momento, su ascensión en el Partido Conservador fue meteórica. En 2004, entró en el gabinete de la oposición y al año siguiente, después de la tercera victoria de Tony Blair en las urnas, obtuvo el liderazgo. Cameron está casado con Samantha Sheffield y tiene tres hijos. La pareja tuvo uno más, el primero del matrimonio. Se llamaba Iván, sufría parálisis cerebral y epilepsia, y acabó falleciendo en febrero de 2009, a los seis años, un tema que el primer ministro no esquiva. Tres en unoLa enorme victoria de Cameron y los nacionalistas escoceses en las elecciones británicas provocó ayer la dimisión de tres figuras de proa de la
política nacional, Ed Miliband, Nick Clegg y Nigel Farage. El líder laborista Miliband dijo que “es hora de que otra persona asuma el liderazgo”. Su partido perdió más de veinte diputados respecto a las elecciones anteriores.Miliband, de 45 años, brilló poco en estos cinco años como líder de la oposición, pero a medida que avanzaba la campaña electoral su popularidad aumentó entre los británicos, aunque no bastó.“Ha sido el peor golpe al partido desde su fundación” en 1988, dijo el demoliberal Clegg, de 48 años, en su mensaje de despedida.Su formación era la tercera en el anterior Parlamento e integró la coalición de gobierno de los conservadores, pero en estas elecciones pasó de 56 diputados a ocho. Clegg, que conservó el escaño y estará en el próximo Parlamento, era líder de los demoliberales -el tercer partido tradicional británico- desde 2007 y propulsó el partido a sus grandes resultados en 2010, que le sirvieron para entrar en la coalición de gobierno con el cargo recién creado de viceprimer ministro. Cameron no tuvo ninguna palabra de afecto para Farage, a cuyo partido -contrario a la Unión Europea y la inmigración- tildó una vez de banda de “chiflados, lunáticos y racistas ocultos”.Farage, de 51 años, eurodiputado, es la estampa del tradicional cliente de pub: cigarrillo y pinta de cerveza en mano, y una franqueza a prueba de corrección política.A nivel nacional la formación obtuvo cerca de un 13% de los votos. La renuncia de ayer de Farage despierta serios interrogantes sobre el futuro de un partido muy asociado a él.





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