PUERTO IGUAZÚ. Un hombre de 36 años fue detenido tras ser sorprendido robando carne, fiambres y quesos, alegando a los investigadores que incurrió en dicho delito porque “tenía hambre”, señaló la Policía. El hecho se registró ayer poco antes del mediodía en un supermercado ubicado sobre la avenida Tres Fronteras y Nueve de Julio de Puerto Iguazú. De acuerdo al relato de un empleado de dicho comercio, alrededor de las 11.20 llamó a los efectivos en razón de que retuvo en el lugar a un individuo, quien momentos antes se retiraba del negocio llevando consigo y dentro de una bolsa de mano carne, fiambres y quesos sin abonar en la caja, precisó el parte oficial. Cuando una comisión del Grupo de Infantería acudió a la escena, el acusado estaba impedido de salir del local y, ante la denuncia, procedieron a su detención. Fue en esas circunstancias que el individuo confesó que incurrió en dicho delito porque “tenía hambre”, algo que -según destacó la Policía- “fue escuchado por los testigos presentes”. El hombre fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción 3, en turno en la ciudad de las Cataratas, y está previsto que el próximo viernes sea trasladado ante el magistrado interviniente, en este caso el juez subrogante Osvaldo Rubén Lunge, para prestar declaración. Un caso similar No es la primera vez que se registra un caso de estas características en Misiones. Recientemente, un hombre fue capturado en un conocido supermercado de la avenida Tambor de Tacuarí de Posadas con una tira de asado oculta entre sus prendas de vestir. Al llegar a la comisaría Decimotercera, el individuo alegó que lo hizo por hambre y la causa, incluso, fue caratulada por orden judicial como “hurto famélico”. “El poder punitivo no es la respuesta”El expresidente del Colegio de Abogados de Misiones, Isaac Lenguaza, señaló que si bien es un principio legal que todos los delitos deben ser investigados, también lo es que el sistema judicial argentino en general “cae sobre el pobre” y deja pasar o “no ve ni quiere ver al delincuente de guantes blancos, al delincuente corrupto”. En este marco, comentó que los llamados “pequeños delitos”, que por su insignificancia no causan una verdadera lesión -que es el presupuesto que justifica mover el andamiaje judicial-, “no merecerían el dispendio jurisdiccional que implica la privación de la libertad de una persona, la apertura de un expediente, la elevación a juicio. Meter preso y posteriormente juzgar a alguien que roba un alimento parece exagerado en una provincia en la que la mitad de las causas con delitos moderados a graves prescribe por falta de medios y por el enorme desborde en los juzgados. Esto no quiere decir que tengamos que tolerar que nos roben aunque sea hurto famélico. Lo que digo es que el poder punitivo no es la respuesta, el Estado debe anticiparse con políticas sociales y de inclusión”.





Discussion about this post