POSADAS. En la jornada de ayer se dio por finalizada la primera etapa de indagatorias, en la causa por transporte de estupefacientes que involucra a trece personas, entre ellas, cuatro efectivos del Servicio Penitenciario Federal.La ronda testimonial se reiniciará el próximo día 29, a partir de las 9, en el recinto del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas, en calle Félix de Azara casi La Rioja.Así también, el Tribunal que preside Lucrecia Badaró, de Corrientes, resolvió viajar el jueves 30 de este mes a Eldorado, para realizar la inspección ocular en la vivienda de Mabel Montiel y Julio Schwarz donde, supuestamente, se habría cargado la droga al camión del SPF. Para esto la magistrada ordenó la presentación de una solicitud formal al lugar de trabajo de Montiel, así la misma puede estar presente en el procedimiento. Además, el Tribunal solicitó el apoyo de los peritos de Criminalística del Escuadrón 10 de Gendarmería Nacional, de Eldorado, como también la inspección de una de las cajas donde estaba oculto el cargamento.Mientras tanto, en las testimoniales de ayer declaró Mario Engel, uno de los testigos presentes el 24 de mayo de 2011, en el puesto de control de Gendarmería en la ruta nacional 12, cuando los efectivos procedieron a requisar el camión de SPF que llevaba escondidos 2.996 kilogramos de marihuana.Engel comentó que “me hicieron estacionar, porque el perro de Gendarmería -Larry- iba a romper la caja del camión”, dijo, en alusión a que estaba muy inquieto.El testigo agregó que “cuando se abrieron las cajas, estas tenían grasa de ruleman”, y confirmó que estaban bien confeccionadas, “como si hubiesen sido hechas en una carpintería”, opinó.También subió al estrado Diego Gastón Macri, quien presta servicios en el SPF y fue responsable de instalar cámaras de seguridad en la sección de suministros a pedido de Armando Vallejos, responsable del sector.“Las cámaras se instalaron para mirar la entrada, el playón donde estacionan los camiones y el galpón de depósito”, relató Macri, aunque aclaró luego que las mismas “se manejaban desde la oficina de Vallejos” y se podían prender y apagar cuando uno quería.Luego fue el turno de Claudio Raúl Viana, quien comentó los planes que tenía con Vallejos sobre el negocio de reciclajes de plásticos. “Eran proyectos para reciclar que le comenté; la idea le interesó”, afirmó y añadió que su relación con el procesado surgió cuando este trabajó un tiempo en el área de mantenimiento de SPF.El negocio consistía en importar maquinarias de China, “el presupuesto para la compra de carpas Winchester, molinos eléctricos, lavadoras y secadoras”. No obstante, Viana aclaró que no conocía a Hernán Raúl Vargas, uno de los imputados, pero comentó que “por teléfono habló con una persona que se presentó como Vargas”, cuando este estaba en compañía de Vallejos, finalizó ante el Tribunal.




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