POSADAS. “Tienen a la gente equivocada, ellos no tienen nada que ver. Era imposible que alguien sepa el contenido de esas cajas”. Así comenzó su declaración Juan Darío Bretos (38), sindicado como el líder de la organización acusada de transportar 2.296 kilogramos de marihuana, cargamento que fue decomisado en el interior de un camión del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Bretos, quien llegó a juicio oral junto a otros once imputados, cuatro de los cuales pertenecen a la citada fuerza, se mostró tranquilo y respondió a cada una de las preguntas de los integrantes del Tribunal Federal de Posadas y de las partes. “Cargué la droga en San Ignacio, junto a cuatro hombres que eran de Puerto Rico y a los cuales no conozco, y también me acompañó Daniel Vargas, el mismo al que mataron en un procedimiento en Garupá”, explicó Bretos. La confesión de este civil imputado de ser el “organizador” no sorprendió a quienes conocen el expediente de la causa, no obstante ahora surgen dudas en cuanto a la participación de los demás acusados, teniendo en cuenta que hubo evidencias que los vincularon. El operativo que inició la investigación se concretó el 24 de marzo de 2011 y estuvo a cargo de personal de Gendarmería Nacional (GN) en Puerto Rico.Los uniformados detuvieron la marcha de un camión marca Scania blanco, perteneciente al SPF. El perro antinarcóticos comenzó a ladrar hacia el interior de la carrocería, lo que abrió las puertas de las sospechas. Tras una minuciosa requisa entre los muebles y otros elementos propios de una mudanza, los gendarmes encontraron cajas de madera rectangulares, herméticamente cerradas con papel film y untadas en grasa de auto para evitar su detección.Los dos primeros detenidos en la causa fueron los suboficiales que iban en el camión, Tevez y Briñócoli. Con posterioridad serían arrestados el alcaide mayor, jefe de la sección Suministros de la prisión de Devoto, Armando Vallejos, y Hernán Vargas, otro hombre vinculado al SPF. La versión de los choferesAunque los exintegrantes del Servicio Penitenciario Federal se negaron a prestar declaración ayer, sus testimonios fueron presentados por lectura. El testimonio de los choferes Emar Tevez y Sergio Briñócoli fue coincidente en que su camarada de fuerza Armando Vallejos fue el que solicitó el viaje desde la cárcel de Candelaria hacia Eldorado, para realizar una “mudanza” y recoger algunos elementos electrónicos solicitados por Raúl Vargas, quien se desempeñaba como oficial de la fuerza, en una estación de servicios de la Capital del Trabajo. Una vez que se produjo el encuentro con el camión del Servicio Penitenciario en una YPF, a bordo de otro vehículo Vargas comenzó a guiarlos. El recorrido culminó en una vivienda, propiedad de Julio Otto Schwarz y María Estela Montiel, quienes están imputados en la causa como partícipes necesarios, por facilitar y acopiar los estupefacientes para su posterior transporte, según consta en la causa. Según el testimonio de Tevez, uno de los choferes, varias personas comenzaron a cargar en el camión alrededor de 26 cajas negras, selladas, pintadas con pintura negra y envueltas en un plástico tipo film, precisó. Posteriormente siguieron su marcha de regreso hacia Resistencia (Chaco) para buscar un acoplado y luego a la provincia de Buenos Aires, de donde habían partido.Pero el recorrido se vio truncado por el operativo de Gendarmería a la altura de Puerto Rico. Según Tevez, lo llamó a Vallejos y le dijo “cómo que el perro se quiere comer el camión, hijo de p…”, en referencia al can antinarcóticos. Según consta en el acta, agregó: “Somos dos perejiles que estamos presos por tu culpa”.Pero en el testimonio por lectura de Vallejos se supo que en la instrucción de la causa manifestó que no tenía relación con Vargas y que solamente se contactó una vez, en tanto que con Tevez sólo se comunicaban por cuestiones laborales, e incluso que no conoce Eldorado. En su declaración agregó las deficiencias en el control de las unidades de esa fuerza federal cuando realizan los viajes para proveer de elementos a otras penitenciarías del país. También que “el envío de una comisión se debe cumplir porque son órdenes escritas y quedan sin efecto cuando son verbales”, aclaró. “A esto se suma que los controles a los camiones son muy básicos, la comunicación y la ubicación de los mismos sólo se manejan a través de teléfonos celulares de los choferes”, según se pudo saber de la lectura de su declaración. Vargas también se abstuvo, sin embargo, antes de la lectura de su declaración en la fase investigativa de la causa, llegó a manifestar al Tribunal que él solicitó la mudanza, pero que “nunca” pensó que “en lugar de materiales electrónicos, se iba a cargar el camión con marihuana”, dijo.“Embalé más detres toneladas”Bretos, quien fue el primero en declarar en el juicio en el turno vespertino, afirmó que “soy el responsable de embalar, pesar y controlar la droga. La contamos varias veces con Daniel Vargas (posteriormente fallecido) y eran 30 cajas, no 26. En total eran más de tres toneladas, exactamente 3.100 kilogramos”. Este dato no coincide con el total de droga incautada por Gendarmería, que pesó 2.296 kilogramos. Seguidamente, ante la pregunta de las partes acerca de por qué cree que el ilícito fue detectado, el acusado de ser el líder de la organización indicó que “seguramente Daniel Vargas le contó a alguien”. “Les dije a todos que era electrónica”El hombre que se convirtió en el protagonista de la jornada de ayer, Juan Darío Bretos, precisó también que “un día, mi compadre Raúl Vargas comentó que él podía hacer un flete con el camión de penitenciaría. Yo escuché y se me ocurrió que por qué no trasladar en ese vehículo los artículos de electrónica, entre comillas. Fue una casualidad, pudo ser cualquier camión”, aclaró. “Entonces le pedí un favor a Raúl Vargas para poder utilizar el camión. Yo siempre le decía a todos que era electrónica. Entonces contraté por 10 mil pesos el flete de Darío Otto Schwarz, para que traslade la carga hasta Eldorado. Luego decidí viajar en avi
ón a Buenos Aires desde Puerto Iguazú y antes de abordar el vuelo -el 24 de mayo de 2011- me enteré del operativo de Gendarmería. Poco tiempo después me detuvieron”. Luego manifestó que a “los demás integrantes de la penitenciaría no los conocía y a los otros imputados los conocí de vivir en Eldorado, donde residía desde seis meses antes del hecho”.Aseguró que iba a recibir 100 mil pesos por “el trabajo de la droga, aunque no sé quién me la dejó en una cancha de golf en San Ignacio” e insistió en que “yo fui el que preparé las cajas, clavé los clavos y hasta las embalé”.Dirigiéndose a la presidenta del Tribunal, Lucrecia Badaró, el acusado de ser el cabecilla dijo: “Señora, tienen a la gente equivocada, ellos no tienen nada que ver. Era imposible que alguien sepa el contenido de esas cajas”.Imputado denunció “aprietes”Darío Otto Schwarz, propietario del galpón ubicado en Eldorado donde se sospecha que se preparó y cargó la droga en el camión del SPF, se desvinculó de la causa y además denunció que otros imputados lo intimidaron en varias ocasiones: “Me dicen que diga que fue en San Ignacio donde se hizo la carga, por eso me trasladan en forma particular hasta el Tribunal”.También se abstuvo de declarar Sandro Zalazar, quien en la instrucción de la causa dijo que limpió el galpón y hasta vio restos de marihuana. Anoche, al cierre de esta edición, declaraba la madre de Schwarz.





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