SAN VICENTE. Las pruebas contra el único detenido por su presunta colaboración con la banda que asaltó el Macro, en El Soberbio, parecieran desmoronarse y suena inminente la excarcelación del hombre que está imputado como “partícipe secundario”.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que los testigos que consideraban “claves” para avanzar en la acusación contra el remisero modificaron sustancialmente lo que habrían expresado a la Policía a poco de iniciarse la investigación.Dos de ellos, incluso, habrían negado los términos que les habrían adjudicado. Reza un viejo adagio popular que para muestra basta un botón. El hombre que aseguró, según la Policía, haber visto al acusado cargando combustible en compañía de uno de los criminales no sostuvo esta afirmación.Reconoció haberlo visto en una estación de servicios junto a un grupo numeroso de personas, pero no podía afirmar, bajo ningún punto de vista, que entre ellas estuviera alguno de los detenidos en Brasil, con posterioridad al asalto.Otro de los testigos, de dudosa reputación, estuvo vinculado años atrás a un violento asalto a un agricultor de El Soberbio, al que persiguieron por la ruta costera 2 a puro plomo en la creencia de que tenía mucho dinero por la supuesta venta de un tractor. Este hombre, que purgó condena por ese hecho criminal, fue el mismo que afirmó haber escuchado al hijo del trabajador del volante contar que su padre había compartido un asado, en su propia casa, con al menos uno de los criminales que intervinieron en el atraco al Macro.En sede judicial, este testigo no hizo siquiera alusión a esa supuesta situación.En este contexto, todas las alternativas parecieran conducir a la excarcelación del remisero, probablemente por falta de mérito.Es decir, que las pruebas colectadas hasta el momento no son suficientes para mantenerlo detenido.El asalto al Macro ocurrió el 2 de febrero. Los asaltantes escaparon con dos millones de pesos.




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