SAN VICENTE. Frustraron un plan de fuga en los pabellones donde se encuentran detenidos Ederson Pereyra y el remisero implicado en el brutal asalto al Macro.El primero se encuentra privado de su libertad por el supuesto abuso de una adolescente de 15 años, mientras que el restante es el sospechoso capturado tras el brutal robo ocurrido el pasado 2 de febrero en El Soberbio y que le costó la vida al oficial Omar Ballesteros, quien fue ultimado de un disparo cuando se encontraba indefenso en el suelo. Cabe agregar que en dicha dependencia también se encuentra tras las rejas Alberto “Coleco” Kryvszuk, exintendente de El Soberbio, acusado de mal desempeño como funcionario público y por resistencia a la autoridad.En la requisa -de rutina en dependencias que alojan presos- los efectivos decomisaron un teléfono celular, una lima corta hierros y dos cuchillos. El procedimiento fue días atrás en el pabellón de detenidos de la comisaría Segunda de San Vicente.A través de fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN se pudo saber que el personal policial comenzó a revisar cada rincón de dicha Seccional con el objetivo de prevenir cualquier intento de escape y detectar elementos que están prohibidos para los internos, como teléfonos celulares, drogas y otros objetos.La búsqueda dio sus frutos cuando, en un sector del complejo denominado “área de confianza”, donde los internos dejan distintos elementos de uso cotidiano, los efectivos hallaron, prolijamente escondidos en las paredes de un termolar, un teléfono celular y una lima corta hierros. Tras el hallazgo, se encendió el alerta y los uniformados intensificaron la búsqueda. Así encontraron dos cuchillos de fabricación casera, conocidos en la jerga carcelaria como “facas”, que por lo general utilizan los reclusos para agredirse entre sí, ya sea por algún ajuste de cuentas o bien para perpetrar algún tipos de fuga. Los investigadores no descartan que algunos de los internos estuviesen planeando algún escape masivo. Por este hecho, se abrió una causa para determinar la procedencia de los elementos que fueron incautados y dar con los “cabecillas” del supuesto plan de fuga.En el hecho participó personal de la comisaría Segunda conjuntamente con efectivos de la UR VIII de San Vicente. Comisarías abarrotadasEl problema que comparten muchas comisarías del interior de la provincia es la cantidad de individuos que alojan en su celdas, en su mayoría purgando condenas de distinta índole.Según se pudo saber, uno de los factores que influye para que colapsen las dependencias de la Policía es que causas que antes eran excarcelables ya no lo son, lo que incrementó mucho la cifra de detenidos en los últimos años.También cabe recordar que la localidad de San Vicente no cuenta con jueces que dictaminen las causas procesales de la jurisdicción: los expedientes son derivadas al Juzgado de Oberá. Eso crea un “cuello de botella” que retrasa el proceso judicial. Una de las posibilidades que deslizaron recientemente desde el Gobierno para dar una solución al colapso de detenidos en comisarías fue trasladar a los presos hacia la dependencia de Campo Grande, pero el problema se suscitaría cada vez que haya que viajar para prestar declaración. Por el momento, se están ampliando las celdas de San Vicente.





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