ELDORADO. Aproximadamente unas 300 familias de esta ciudad podrán regularizar por fin su problema dominial de las tierras que habitan, padecido durante décadas, como consecuencia de la falta de una política social de viviendas.El lunes último, tras la rúbrica entre funcionarios de la Comuna y la familia Arnold, antigua dueña de la propiedad, se oficializó la compra de un total de 111 hectáreas ubicadas en el barrio Elena del kilómetro 1. Comenzó así el principio del fin de una larga historia de conflicto de intereses, con lo cual empieza a ser una realidad la regularización de tierras en el lugar. En ese sentido, el Estado desembolsó 4,2 millones de pesos, que van a recuperarse con el pago de las tasas que abonarán los nuevos propietarios, una vez que estén dadas las condiciones para comenzar la titularización de las tierras.“Vamos a ser muy exigentes con el pago de los impuestos, como con cualquier ciudadano”, advirtió en ese sentido el alcalde local, Norberto Aguirre, presente en el momento de la firma junto con los hermanos Arnold y un numeroso grupo de familias del lugar.Enrique Arnold, uno de los expropietarios, manifestó: “Es un tema que viene desde hace muchos años, pero por suerte hubo buena voluntad de todas las partes”, dijo resaltando la participación de la Provincia, el Municipio y de los vecinos que “han insistido con todo esto durante tanto tiempo. Hace muchos años nosotros hicimos un convenio por cada lote que nos dejó el abuelo, cuestiones legales, pero todo se solucionó sin discusión y tengo que reconocer que ahí no hubo dificultad. Lo hicimos bien”, describió. Enrique participó junto a su hermano Rodolfo y recordaron anécdotas de su paso por el lugar.En el asentamiento, en cercanías de la costa del río Paraná, se fueron situando a lo largo de dos décadas centenares de familias para construir su hogar. Los habitantes, todos de condición humilde pero que cuentan con fuente laboral, venían reclamando desde hace tiempo por la regularización del mismo.Una vecina, quien vive allí desde hace quince años, reflejó que “siempre esperé que ocurra esto, desde que vine al barrio Elena. Estoy muy feliz”. Y Jorge, otro vecino que vive desde hace 23 años en el lugar, sostuvo emocionado: “Estamos muy contentos porque vamos a tener luz y agua, sobre todo en la escuela. Siempre luchamos para esto”.





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