POSADAS. “Cuando hacemos una espirometría a niños de padres fumadores, en la ficha, donde está la opción ‘fuma o no fuma’ ponemos que sí fuma, porque de hecho estos niños están expuestos al humo del cigarrillo y eso afecta su salud”. Una afirmación cruda y muy clara sobre las consecuencias que este vicio de los adultos tiene sobre los niños utilizó el doctor Guillermo Frada, uno de los referentes del Programa de Infecciones Respiratorias Agudas Bajas (Irab) para graficar esta situación. De entre los cientos de niños que concurren al Hospital Pediátrico “Dr Fernando Barreyro” de Posadas, un buen porcentaje son hijos de padres fumadores que ya tienen afecciones crónicas como asma, rinitis, ojos irritados, dolor de cabeza y otras enfermedades respiratorias que en pocos años podrían derivar en Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc) o cáncer, indicó Frada en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Asimismo, indicó que los hijos de padres fumadores tienen más probabilidad de ser fumadores desde la adolescencia o siendo adultos, ya que ellos se han criado en un hogar de fumadores y por ende han asimilado una cultura tabáquica. “Hay padres fumadores que nos dicen que ellos fuman afuera de la casa y no adentro, pero eso tampoco es la solución definitiva porque al fumar el humo queda en la ropa y en la piel”, dijo Frada. En los casos de progenitores que les han manifestado su inquietud por dejar de fumar, indicó que “les derivamos con neumonólogos para que puedan hacerlo y de ese modo mejorar su salud y la de sus hijos”. Recordó que “cuando una persona deja de fumar, deben pasar cinco años para que los efectos de las toxinas desaparezcan de su cuerpo”.En relación a los bebés que ya desde la panza están en contacto con las toxinas del cigarrillo porque sus madres fuman, Frada indicó que “tienen mucho más riesgo de prematurez y bajo peso” (además puede provocar la muerte fetal y generar daños neurológicos). La adicción en cifrasSegún estudios sanitarios internacionales, de cada cien niños, cuarenta son fumadores pasivos porque sus padres fuman.De estos 100, 20 serán fumadores. La edad promedio de inicio del tabaquismo en Argentina es 12 años según la Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media de 2013. Estos fumadores pasivos tienen un 50% de probabilidades de contraer infecciones respiratorias. Y además recordemos que el cigarrillo mata a uno de cada dos fumadores, es decir que gran parte de esos 20 fumadores pasivos y 20 activos (de los 100 niños) morirán por enfermedades relacionadas con el cigarrillo y las sustancias tóxicas que contiene esta droga legal y socialmente aceptadaSon alrededor de 17 las enfermedades, entre ellas, cáncer de pulmón y boca, asma y rinitis las que matan a 111 Intoxicando hijosEn Argentina hay decenas de campañas que apuntan a prevenir la adicción al cigarrillo: rige la prohibición de fumar en ambientes cerrados públicos y también la ley Nacional de Control del Tabaco Nº 26.687 que obliga a las industrias tabacaleras a publicar fotos de enfermos y con frases que advierten sobre las enfermedades provocadas pos el tabaco en las propias cajas de cigarrillos. Pese a ellos, hay padres, madres, abuelos que no están tomando en cuenta el riesgo al que exponen a sus hijos al fumar frente a ellos.Y es así que se pueden observar escenas en que los padres literalmente “le fuman en la cara” a sus hijos. Por ejemplo, una madre fumando mientras empuja el cochecito: en este caso, el humo está muy cerca y el bebé puede respirarlo directamente o bien respirar el holín acumulado en la tela del coche. Un padre llevando de la mano a su hija y en la otra mano el cigarrillo encendido: en este caso también, la fuente -el cigarrillo- se encuentra a menos de 50 centímetros del rostro de la niña, que respira ese aire contaminado.¿Qué humo respiran los niños?Al encender un cigarrillo el humo que la persona aspira a través del filtro es el llamado “humo de primera generación” o de primera mano. El humo que sale directamente del cigarrillo es el humo de segunda generación, que es de mayor toxicidad porque se respira sin nungún tipo de filtro y porque al tabaco, alquitrán y más de 50 las toxinas se le agrega el dióxido de carbono que se produce por acción del fuego. El humo de tercera generación también está compuesto por una gran cantidad de toxinas y es el que, transformado en hollín, se deposita en la ropa, la piel, cortinas, muebles y piso y que vuelve a ser respirado por adultos y niños. El hecho de fumar en los hogares o en los automóviles, produce una alta contaminación del aire que no es combatible ni siquiera ventilando el ambiente, debido a que estas partículas se impregnan en las superficies.En el auto, tampocoUna investigación desarrollada en Canadá entre 2005 y 2007 permitió comprobar que aún fumando en el auto con todas las ventanillas abiertas implica una contaminación de ese pequeño ambiente que tiene sus consecuencias más severas sobre la salud de los niños.Para probarlo se solicitó a un grupo de fumadores que realizaran cinco acciones diferentes: 1) fumar un cigarrillo dentro del auto con todas las ventanillas cerradas y el motor apagado; 2) fumar un cigarrillo con todas las ventanillas cerradas durante un trayecto de 20 minutos; 3) fumar un cigarrillo con todas las ventanillas completamente abiertas durante un trayecto de 20 minutos; 4) fumar un cigarrillo cerca de la única ventanilla abierta (aproximadamente 18 centímetros) durante la mitad de un trayecto de 20 minutos; 5) fumar un cigarrillo con todas las ventanillas cerradas y con el aire acondicionado, durante un trayecto de 20 minutos.Luego de que todos los participantes completaron la totalidad de las situaciones enumeradas, se midió en cada una de ellas, la presencia de partículas contaminantes en el interior de todos los autos. Estas partículas en todos los casos excedieron los niveles tolerables para la salud. Hasta en la situación en la que se indicaba fumar con todas las ventanillas abiertas -lo que garantizaba una considerable ventilación-, las sustancias tóxicas derivadas del humo de tabaco no pudieron eliminarse completamente. Nicotina en sangreSe ha demostrado mediante estudios que la distancia física entre el niño y el padre fumador muestra una correlación con la cantidad de nicotina en la orina del niño y que las concentraciones de nicotina urinaria son más bajas cuando los padres no fuman o lo hacen fuera de la casa. Eso reduce el riesgo que corre el hijo de contraer infecciones respiratorias. La Revista P
anamericana de Salud Pública publicó una investigación realizada en Tazmania para conocer más en detalle los efectos de fumar cerca del niño. Se hizo un seguimiento durante siete años a 11 070 niños menores de un año. Durante el estudio los padres fueron entrevistados en tres ocasiones después del parto para investigar si fumaban, cuántos cigarrillos fumaba a diario la madre, y si la madre fumaba en la misma habitación donde estaba el bebé o mientras lo cargaba. Se tomaron muestras de orina de los niños para determinar si era confiable la información proporcionada por los padres.Mediante un método de vinculación de las historias clínicas se determinó que 416 niños de la muestra habían sido ingresados al hospital en algún momento por una infección respiratoria aguda. Como conclusión señalan que el riesgo de infecciones respiratorias agudas de cualquier tipo es 50% mayor en hijos menores de un año de madres que fuman. Pero puede disminuir si se fuma fuera de la casa.





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