POSADAS. Hace algunos días, esta mamá y sus hijos salieron en los medios de comunicación cuando una de sus hijas, de nueve años, se despertó en la madrugada y vio un desconocido en su cama. Cuando la nena -cuya ropita había sido cortada con tijera- corrió para avisar a su mamá, el hombre huyó de la humilde vivienda del barrio La Ripiera de Posadas. Daniela es una joven madre que hace varios años no recibe ayuda del padre de cuatro de sus cinco hijos. Vive junto a su prima y el bebé de ésta en una muy precaria casa de madera. “Mis hijos tienen doce, diez, nueve, seis y cuatro años… Vivimos de changas, limpio casas, traigo ropa para lavar o plancho. Cobro asignación universal por tres de mis hijos y ahora también empezaré a cobrar por los otros dos… pero igual no me alcanza porque gasto mucho dinero en los remedios para mi nena de nueve años que tiene problemas respiratorios desde que nació (bronquiectasia). Además, somos muchos y no sólo hay que comer, también tengo que vestir a los chicos y comprarles los útiles y todo lo necesario para la escuela”, confió angustiada a PRIMERA EDICIÓN esta mujer que abandonó sus estudios terciarios de secretariado cuando se quedó embarazada. Su hija padece desnutrición crónica Según indicó la mujer, “como consecuencia de su enfermedad, mi hija Triana sufre también inmunodeficiencia secundaria, gastritis y desnutrición crónica. Desde bebé tuvo muchos problemas de salud. Con nueve añitos, apenas pesa 18,900 kilogramos, es la única de mis hijos que tiene desnutrición. Triana está en el Programa Hambre Cero desde hace dos años, por lo que recibimos dos kilos de leche, un ticket de 120 pesos para comprar verduras y la tarjeta para comprar alimentos por un valor de 350 pesos”. Este miércoles, después de seis años de no saber nada sobre él, el padre de sus cuatro hijos mayores, Santiago López, llamó por teléfono a Daniela. “Me sorprendí mucho porque hace seis años no se interesa en saber nada de sus hijos, de hecho, el nene de seis años ni siquiera conoce a su papá. Mi nena de cuatro, que tuve con otro hombre, tiene mi apellido”, precisó. Según indicó la mujer, el papá de sus cuatro hijos le pegaba mucho a ella y a los chicos y desapareció que los vecinos lo corrieron, “nunca más supe de él hasta este miércoles cuando me llamó y después que yo le dije que necesitaba ayuda con los chicos me prometió que me ayudaría, aunque no me dijo nada más porque se cortó la comunicación y pese a que intenté volver a hablar con él, no atendió más el teléfono”, agregó. “Todavía no les pude comprar nada para la escuela”Todos los hijos de Daniela van a la escuela, “la más chiquita comienza Nivel Inicial y los otros van todos a la escuela más cercana, en el barrio Fátima, y son buenos alumnos. El más grande va a séptimo, el otro a sexto, tercero y primer grado. Estoy muy nerviosa por el inicio del ciclo escolar porque todavía no les pude comprar nada, ni siquiera los guardapolvos y zapatos para que puedan empezar”. La mujer contó que está buscando trabajo fijo, al menos dos o tres veces por semana, “en este momento sólo hago changas y no me alcanza. Quisiera poder educar y cuidar a mis hijos con el fruto de mi trabajo”, confió. Vivir con miedo Después de denunciar que un extraño entró a su casa e intentó violar a su pequeña hija de nueve años, la madre de la pequeña no tuvo más novedades sobre lo sucedido. “La policía vino una vez y después no supimos más nada. Mi hija vio al hombre que entró y le cortó su calza pero no lo puede señalar con seguridad, nosotros tenemos nuestras sospechas pero no podemos decir nada porque somos pobres pero no ignorantes y sabemos que no podemos acusar a alguien sin estar seguros”. La niña no alcanzó a sufrir ninguna agresión física o sexual, según confirmaron los médicos forenses. “Desde entonces, vivimos con miedo, pese a que pusimos candado en la puerta de atrás que antes no tenía traba”, contó la madre de la pequeña.





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