OBERÁ. Habrían sido, por lo menos, cinco años de sometimiento y torturas. Las amenazas eran contundentes y la mantuvieron callada durante todo eso tiempo, hasta que el último lunes la mujer decidió romper el umbral del silencio, cansada de tanta violencia. Se acercó a la Policía y contó una historia de terror: su propio marido la “picaneaba”. Y no sólo eso: hacía lo mismo con una de las hijas de la pareja, de tan sólo doce años.La increíble e inhumana pesadilla se conoció a última hora del lunes, pero trascendió recién ayer a los medios de comunicación. Sucedió en Oberá e inmediatamente efectivos de la Unidad Regional II procedieron a la detención del sospechoso, un hombre de 44 años domiciliado en un barrio periférico de la ciudad.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, la verdad salió a la luz el último lunes minutos después del mediodía, cuando la mujer de 36 años se acercó hasta la Comisaría de la Mujer de Oberá.Ante la guardia de prevención, contó que era víctima desde hace años de las “crisis de nervios” de su marido, quien descargaba su furia descomunal con ella y una de sus hijas, de doce años, de una manera oscura, despreciable y hasta difícil de creer.Cual si se tratara de los peores años de la historia argentina, la mujer contó que su pareja tomaba una picana eléctrica portátil que guardaba en su casa y las torturaba, nada más y nada menos. Y no era algo reciente: los ataques habían comenzado por lo menos en 2009.Las policías tomaron nota del asunto y la invitaron a radicar una denuncia formal, pero la mujer, víctima no solamente de violencia física sino también psicológica, aseguró que tenía miedo de hacerlo en virtud de que el violento había amenazado con quitarle la vida si eso ocurría.Ante esta situación, como lo marca la ley provincial, las uniformadas dieron aviso a sus colegas de jurisdicción y éstos partieron raudamente hacia un barrio emplazado en las afueras de Oberá, camino a Panambí, en dirección a la ruta provincial 5.Orden judicial mediante, los efectivos irrumpieron en la escena y procedieron a la detención del sospechoso cerca de la 19 del lunes. Ahí descubrieron parte de la verdad, tras secuestrar una linterna que posee en uno de sus extremos una picana eléctrica. Aunque parezca increíble, el objeto se vende libremente en la calle, tanto en países vecinos como en Misiones.El arrestado fue trasladado a sede policial y quedó tras las rejas, a disposición de la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, titular del Juzgado de Instrucción 1 de la Segunda Circunscripción Judicial, quien podría tomarle declaración indagatoria en las próximas horas.Mientras tanto, la mujer y su pequeña hija fueron atendidas y quedaron bajo asistencia psicológica, en virtud de que no poseían lesiones físicas graves pero sí un notable dolor emocional.Con el hombre ya detenido, la mujer finalmente encontró la seguridad para radicar la denuncia. La causa tendría elementos de firmeza para confirmar los vejámenes sufridos por la mujer y su hija. Y no sólo eso. Es que también se investiga si el hombre sometía a las mismas torturas a los otros hijos menores de la pareja.





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