POSADAS. A cuatro años de la inclusión de la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH) en el calendario de vacunación argentino, convirtiéndola en obligatoria y gratuita, aún se debate en el mundo -especialmente en España- sobre la verdadera eficacia de esta vacuna y los “efectos colaterales graves” que algunos denuncian que tuvieron entre algunas de las niñas vacunadas. Aunque en menor medida, también en Argentina hay voces detractoras de esta vacuna, que previene dos tipos de VPH (el 16 y 18), considerados entre los de mayor riesgo oncogénico, íntimamente relacionados con el cáncer de cuello de útero o de cérvix. Hasta 2012, el acceso a esta vacuna estaba reducido a muy pocas personas en el país, por su alto costo: cada dosis (en Argentina se aplican tres dosis a las niñas de once años) ronda los 100 dólares. La decisión de incluirla en el calendario nacional fue muy bien recibida por gran parte de la comunidad médica argentina, pese a que todos admiten que no está probada la eficacia real de la vacuna en la prevención del cáncer de cuello de útero, pues para ello se requieren estudios de control a lo largo de 30 años y los existentes no abarcaron más de cinco años. Vale decir que, si bien la eficacia a largo plazo para prevenir el cáncer no está probada, sí lo está su capacidad de evitar la infección contra los tipos de VPH que cubren las dos vacunas comerciales (la de marca Gardasil, los tipos 6, 11, 16 y 18; y los de marca Cervarix, que es la que se aplica en Argentina, 16 y 18). Apoyo de asociaciones y sociedades médicasEn 2009, en Argentina, la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (Fasgo) dio a conocer el documento “Consenso vacunas HPV Fasgo 2009”, en el que participaron y adhirieron las asociaciones de ginecología de Santa Fe, Rosario, San Carlos de Bariloche, Buenos Aires, Mar del Plata, Misiones, Neuquén y Santiago del Estero; además de la Asociación Argentina de Ginecología Oncológica (AAGO) y de la Sociedad Argentina de Patología del TGI y Colposcopía. Por unanimidad, estas organizaciones consideraron recomendable la inclusión de esta vacuna en el programa nacional de vacunación como parte de las estrategias de prevención del cáncer de cuello uterino. Sólo una de las sociedades participantes de esta encuesta manifestó que no hay evidencias suficientes sobre la eficacia y la seguridad de estas vacunas para su inclusión en el calendario nacional. En Misiones, el especialista Carlos Arce, presidente de la Asociación de Ginecología, indicó a PRIMERA EDICIÓN que, pese a que se necesita que pasen unos 30 años para evaluar el impacto que tuvo en el país la inclusión de la vacuna al calendario nacional en la reducción del cáncer de cuello de útero, la relación costo-beneficio sigue siendo a favor de esta acción de prevención primaria. Recordó, además, la importancia de la prevención secundaria a través de los controles periódicos de Papanicolau y colposcopía. Efectos colaterales La vacuna contra el HPV puede provocar decaimiento, fiebre, dolor u otros síntomas menores y pasajeros. Esto es lo que dicen las enfermeras a las madres cuando acompañan a sus hijas de once años a ponerse la vacuna. Pero padres de distintos países cuyas hijas han sufrido graves trastornos tras la aplicación de la vacuna comenzaron a organizarse para denunciar esta situación ante la opinión pública. La organización más fuerte es la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP), creada en julio de 2009 en España. En ese país, incluso, numerosos sectores de la sociedad civil y científica presentaron en 2007 al Ejecutivo un pedido de moratoria cuando el Gobierno anunció la incorporación de la vacuna al calendario obligatorio. Además de la falta de estudios certeros sobre su eficacia y seguridad, argumentaron la desproporcionada relación costo-beneficio, teniendo en cuenta que España tiene una de las prevalencias de cáncer de cuello uterino más bajas en el mundo. Vale aclarar que la moratoria no prosperó y España incluyó esta inmunización en forma obligatoria a partir de 2009. En 2013, el Ministerio de Salud de ese país evaluó los primeros cinco años del programa y concluyó que “tras decenas de millones de dosis de vacunas administradas en todo el mundo (aproximadamente 3,5 millones en España desde su comercialización) y según los sistemas de vigilancia postcomercialización, se confirma su seguridad y la ausencia de efectos adversos graves causalmente asociados”.En Argentina, las expresiones contrarias aún no están encolumnadas contra esta vacuna específica, pero sí existen diversas organizaciones que rechazan la “obligatoriedad” de todas las vacunas del calendario, cuestionan su eficacia, dudan de su inocuidad y denuncian sobre los grandes intereses económicos que hay detrás del mercado farmacéutico. Una de esas comunidades más importantes está en Internet y en las redes sociales y se llama “Argentina sin vacunas”. Reportes adversosA pesar de la clara posición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a favor de la seguridad de la vacuna contra el VPH, los reportes adversos no dejan de hacerse públicos. Son reacciones que los detractores relacionan con el aluminio que contiene la vacuna. Como toda vacuna, la del VPH puede tener potenciales efectos adversos, pero la muerte no está en la lista OMS. Según el informe del 1 de agosto de 2014 del Sistema de Reportes sobre Eventos Adversos de Vacunas (Vaccine Adverse Event Reporting System, en inglés), de los 2.566 formularios recibidos de denuncias de injuriados por dichos tratamientos en Estados Unidos, y que fueron analizados por el Programa de Compensación, 151 corresponden a casos de la vacuna VPH. De éstos, 71 fueron compensados, según el Departamento de Salud de Estados Unidos.También la Agencia Europea del Medicamento recibió reportes de ese tipo. En Argentina, el sistema de reportes de efectos adversos de las vacunas está a cargo del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación, cuya responsable es Carla Vizzotti. En Misiones, los reportes son enviados desde la Dirección de Epidemiología, a cargo de Julio Roberto Estévez, quien aseguró a PRIMERA EDICIÓN que este tipo de denuncias son muy escasas y no ha habido ninguna que revista un caso de riesgo por aplicación de la vacuna contra el papiloma humano. “Por suerte, en
estos cuatro años que llevamos de vacunación contra el VPH no hemos tenido casos registrados de reacciones adversas fuertes en Misiones”, remarcó. Postura cautelosa La Sociedad Argentina de Patología del Tracto Genital Inferior y Colposcopía expresó su postura respecto a la inclusión de la vacuna del VPH en el calendario nacional: “Esta Sociedad considera bienvenida la aparición de la prevención primaria (refiriéndose a la vacuna contra el VPH), con toda la cautela del caso de algo que le falta tiempo para su total demostración de efectividad e inocuidad, debiendo sumarse a la prevención tradicional para actuar en la disminución de la incidencia del cáncer del cuello uterino invasor. Consideramos por lo tanto a la prevención secundaria (papanicolaou y colposcopía) métodos accesibles actualmente que deben aplicarse masivamente en la población femenina; inclusive en las mujeres que hayan recibido la vacunación”, se puede leer en la página de esa institución. Es muy baja la cobertura en MisionesPese a su gratuidad y obligatoriedad, apenas el 60% de las niñas de once años en Argentina cumplieron con el calendario de vacunación contra el VPH. En Misiones, la cobertura es aún menor y todo parece indicar que se debe más a deficiencias del sistema de Atención Primaria de la Salud (APS) y a la falta de educación sanitaria en prevención de las familias que al rechazo a su aplicación. Según detalló a PRIMERA EDICIÓN el director de Epidemiología de Salud Pública, Julio Roberto Estévez, el año pasado apenas llegó al 51% de las niñas de once años de Posadas la aplicación de la primera dosis, sólo el 35% la segunda dosis y apenas el 15% la tercera dosis. En otras palabras, 1,5 de cada diez de estas niñas completaron el esquema de vacunación.San Pedro es la localidad con registro más alto de cobertura del VPH en 2014: 81% de las niñas se aplicó la primera dosis, 53% la segunda y el 16% la tercera. Iguazú tiene 63% en primera dosis, 50% en la segunda y 26% completó el esquema con la tercera dosis. En Eldorado, sólo el 53% de las niñas se hizo la primera dosis, el 35% la segunda y sólo el 19% la tercera. En Oberá la cobertura es aún más baja, con 46%, 36% y 14% en las respectivas dosis. La vacuna contra el VPH “es una vacuna con muy mala cobertura, pese a que está dirigida a una población pequeña y todos los casos son identificables y localizables. Esta semana hemos tenido reuniones por este tema, que nos preocupa mucho, y coincidimos en la necesidad de mejorar esta problemática. Los casos están nominalizados, no hay justificativos para Salud Pública para no llegar a esas niñas. Creo que los responsables de los efectores de salud no están mirando sus registros de la forma que debieran. Tenemos responsables de área y de zona que también miran esos registros”, cuestionó este histórico funcionario de carrera en la cartera sanitaria provincial.





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