EL SOBERBIO. El remisero acusado de prestar apoyo logístico a la temible banda armada brasileña que asaltó la sucursal del banco Macro en este municipio, de donde escapó con dos millones de pesos, declaró el viernes pasado en el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente. Allí aseguró que el día del asalto a la entidad bancaria, el lunes 2 de este mes, estuvo en Posadas porque en esta ciudad le habían robado su coche, un Citroën C-3. Fuentes de la pesquisa indicaron que el trabajador del volante presentó, incluso, constancias de las denuncias que habría radicado en la comisaría seccional Tercera y en la fiscalía de Instrucción 3.Al parecer, consignó que el coche se lo había llevado un hombre de apellido Lemes, quien se lo iba a comprar, pero desapareció sin dejar rastros.Eso lo habría obligado a denunciar el hecho. Tres días después, es decir, el miércoles 4 de este mes, la Policía le comunicó que habían localizado el vehículo. En otro párrafo de su indagatoria, el remisero hizo alusión a la supuesta filmación en la que aparece cargando combustible en una estación de servicios de El Soberbio, al parecer acompañado por uno de los criminales aprehendidos en la localidad brasileña de Tiradentes do Sul.En este sentido, reconoció que se detuvo en la gasolinera para reponer combustible, pero aclaró que la persona que lo acompañaba era Lemes, el hombre que habría querido robarle el vehículo.Además, habría precisado que no era una camioneta Hyundai Veracruz, sino otra, aunque no trascendió el modelo ni la marca.Tras su declaración, la jueza de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, dispuso que el trabajador del volante continuara privado de su libertad, hasta que se resuelva su situación procesal.En un principio, estaría imputado como partícipe del asalto, aunque no se sabe si directo o secundario.Un antes y un despuésEl feroz asalto al banco Macro de El Soberbio tuvo lugar alrededor de las 8.10 del lunes 2 de este mes, cuando al menos siete delincuentes fuertemente armados y vestidos con uniformes militares irrumpieron en la sucursal emplazada sobre la avenida San Martín al 500.Tras tomar como rehén a una treintena de clientes y reducir a tres policías, los delincuentes se alzaron con dos millones de pesos en efectivo. En medio del escape, ejecutaron de un disparo en la espalda al cabo primero Roberto Omar Ballesteros (35) e hirieron a un gendarme que se acercaba a prestar apoyo.Los ladrones, que hablaban solamente portugués, escaparon a bordo de una Hyundai Veracruz sin matrícula -se presume que utilizaron también otra camioneta, aunque no hay precisiones- con el gerente y un colono como rehenes, quienes fueron liberados a dos kilómetros del pueblo.Esa camioneta fue hallada cerca del mediodía en Paraje Sarandí, donde los asaltantes se tirotearon con dos policías misioneros antes de escapar en lancha a Brasil. Cuatro de ellos no llegaron muy lejos: cerca de las 13 fueron apresados en Tiradentes Do Sul después de que fallara el automóvil Honda Civic en el que escapaban por el país vecino. En ese rodado encontraron el arma robada al subcomisario José Espinoza.Los otros tres prófugos -podrían ser más- fueron vistos en una camioneta Chevrolet Captiva con destino a Campos Novos, en Brasil. Dos de ellos serían peligrosos narcotraficantes, uno incluso buscado por Interpol desde hace años. De ellos, hasta el momento, no surgieron más novedades. En Rio Grande Do Sul, cada dos días atacan o roban un bancoPara tener una idea sobre el profesionalismo de la banda que robó dos millones de pesos en El Soberbio, basta con manejar una cifra: en lo que va del año, cada dos días roban o atacan un banco en el vecino Rio Grande Do Sul (Brasil).La información fue difundida el lunes por la Federación Bancaria de ese Estado en un informe televisivo de la Rede Globo, donde se advierte que en 2015 ya hubo 27 ataques a entidades “gaúchas”.“Hay ciudades del interior donde el número de policías es pequeño durante el año y ahora, en verano, es todavía menor. Para los criminales, ese no es un hecho menor”, explicó a Globo la delegada policial Adriana Gomes.Los últimos casos tienen que ver con bandas que destruyen los cajeros electrónicos con explosivos y así se llevan el dinero. También hay hechos de robo armado. El problema, que afecta al sur brasileño y mantiene en vilo principalmente a las pequeñas poblaciones, sirve para entender un poco más lo que pasó en El Soberbio.





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