BUENOS AIRES (NA). Cumplidas 48 horas de la muerte del fiscal Alberto Nisman, la Justicia no logró reunir elementos suficientes como para esclarecer rápidamente el caso y la hipótesis más consistente del suicidio choca con los últimos movimientos del investigador del atentado a la Amia.De acuerdo con testimonios de dirigentes de la comunidad judía, Nisman estaba entusiasmado en la presentación que haría el lunes en el Congreso.Por otra parte, el peritaje para detectar restos de pólvora en las manos del fiscal resultó negativo, aunque se ordenaron nuevos estudios sobre el arma hallada en su departamento, que le fue suministrada por un colaborador, cuyo nombre se conoció este martes: Diego Lagomarsino.“Lamentablemente dio negativo”, señaló la fiscal Viviana Fein sobre el barrido electrónico, aunque aclaró que ese resultado no implica que se descarte la hipótesis del suicidio y ratificó que no hubo otras personas en el departamento de Nisman, ubicado en la exclusiva torre Le Parc de Puerto Madero.“No descarto la inducción o la instigación, no digo que sea así, pero no lo descarto. Mi función es seguir investigando. Hay a veces muchísimos móviles que a cualquier ser humano lo llevan a un acto trágico de esa naturaleza”, añadió.Durante la jornada Fein se reunió con la exesposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien podría convertirse en querellante en la causa en representación de sus dos hijas y al llegar a la Fiscalía pidió “cautela” en torno al caso, pero se le escuchó decir que no creía que pudiera tratarse de un suicidio.Además, la jueza Fabiana Emma Palmaghini interrumpió sus vacaciones para hacerse cargo del caso y realizó una inspección ocular en la casa del fiscal.La magistrada también dispuso el allanamiento de las oficinas del fiscal especial para la causa Amia, ubicadas en el centro porteño a fin de reunir material probatorio.Según supo NA, el operativo fue realizado por personal de Prefectura, con soporte de la Policía Metropolitana, y el interés de la fiscal estaba puesto en la computadora y en el escritorio de Nisman.Solicitó asimismo el registro de llamadas y mensajes entrantes y salientes de los teléfonos de Nisman desde “cinco días antes” de su fallecimiento, además de los registros de las cámaras de seguridad del edificio de Puerto Madero y material de sus computadoras.“Hay muchísimas medidas de prueba que disponer en la causa, hay que esperar que arrojen resultados los estudios de sangre encontrada en el arma y en el lugar. Se están aplicando cotejos en laboratorios químicos directamente con ADN. Yo no dispuse con factor y grupo (sanguíneo), sino directamente con ADN, para que de esa manera sea categórico el resultado”, aseguró. “No son agentes de inteligencia” El secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, le informó al juez federal Ariel Lijo que los dos presuntos agentes denunciados por el fallecido fiscal Alberto Nisman “no pertenecen ni han pertenecido como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”.“Consultadas las áreas pertinentes del Organismo, se hace saber que los señores Ramón Allan Héctor Bogado y Héctor Yrimia no pertenecen ni han pertenecido como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”, indicó Parrilli en una nota formal girada al juez y difundida por Presidencia.Por otra parte, Parrilli informó al juez que el pasado 12 de noviembre la SI “formuló denuncia criminal a los fines de esclarecer la posible comisión del delito de ‘tráfico de influencia’ por parte del señor Allan Bogado, quien, no siendo personal de este Organismo, se presentaba ante funcionarios de Aduana como agente de esta Secretaría”.





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