SAN VICENTE. Hace un año que el intendente de San Vicente se comprometió con los vecinos que ocupan el predio detrás del Centro Integrador Comunitario (CIC) a colocar una alcantarilla en las dos cabeceras del barrio. En julio de 2014 los ediles y parte del Ejecutivo municipal volvieron a comprometerse, pero todo está igual. Los alumnos del CEP 28 utilizan esos dos pasos para ir al colegio.En octubre del año pasado hizo tres años que un grupo de gente ocupó un predio de alrededor de 7.000 metros cuadrados que está detrás del Centro Integrador Comunitario. El mandatario municipal, Waldomiro Dos Santos, hizo una denuncia sobre esa ocupación y se desentendió de esa problemática. Hoy son apenas tres las familias originales que aún viven en el lugar: los demás compraron la mejora.En febrero del año pasado, uno de los ocupantes pidió al intendente que arregle el paso del arroyuelo para facilitar el cruce. Los vecinos que están al otro lado, conocidos y punteros políticos de Dos Santos, también hicieron el pedido. Eso hizo que el jefe comunal con otro funcionario municipal se acercaran a ver la problemática. Se comprometió con algunas de las familias con las que tuvo contacto a hacer poner caños de cementos y arreglar el paso para la gente.A mediados de ese año, el colegio secundario CEP 28 se cambió a su nuevo edificio y los alumnos de los barrios Progreso y San Roque González cruzan por ese lugar para llegar al colegio. El problema se agudiza cuando llueve y el pequeño curso de agua rebosa y genera peligro para los que tienen que atravesar ese arroyo.Luego de la visita del intendente, los ediles y algunos integrantes del Ejecutivo municipal se acercaron al lugar y mantuvieron una reunión con los vecinos para interiorizarse de la problemática de los ocupantes y se comprometieron a hacer algunas mejoras para facilitarles la vida mientras se resuelve la parte judicial. La semana pasada una máquina de la Municipalidad de San Vicente mejoró la calle que llega hasta la pequeña pasarela, pero no se avanzó en la reparación del paso. También los funcionarios comunales se habían comprometido al arreglo del otro acceso al barrio, por donde también pasan los chicos y los demás vecinos. Esa otra cabecera está mejor para el paso de la gente, sin embargo, de igual modo, necesita arreglos.Barrio “El Sapo”También se habían comprometido a colocar tres canillas públicas para el acceso al agua potable y no de las nacientes que están dentro del predio. Se colocó una sola, pero casi nunca hay agua, lo que hace que sigan consumiendo el vital líquido que emana de las vertientes. La luz también es un problema, porque los vecinos se “enganchan” a la línea que pasa por uno de los extremos y luego se la pasan de casa en casa.La situación de las familias que viven en el lugar es bastante compleja. Ellos mismos se dicen llamar barrio “El Sapo” porque viven en un bañado permanente, las vertientes cruzan por debajo de las casas y canaletas armadas para desviar el agua. Cuando llueve el agua entra a las casitas precarias y el arroyo que atraviesa el barrio pone en peligro las viviendas que están en la orilla.





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