Y, una vez más, el cine argentino tendrá su representante en los premios Oscar. Relatos Salvajes, la exitosa serie de fábulas argentinas escrita y dirigida por Damián Szifron, pasó la prueba de fuego y consiguió dejar atrás a otras películas de habla no inglesa que aspiraban a tener su lugar en la preciada terna.Fue a mediados de diciembre cuando se dieron a conocer los nueve filmes extranjeros que podían comenzar a soñar con dar el gran paso en Hollywood, y la obra del creador de “Los simuladores” se encontraba entre ellas. Luego llegó una larga espera, la serie de nominaciones a los Goya y los buenos augurios de que “la cosa podía andar”. Pues bien, el crédito argento ganó la consideración de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y se abrió paso en la competencia, que ahora la encuentra en igualdad de condiciones con “Leviathan” (Rusia), “Tangerines” (Estonia), “Timbuktu” (Mauritania) e “Ida” (Polonia).De este modo, el cine argentino llega por séptima vez a la gran gala de Hollywood, como ya lo hizo en 1974 (con “La tregua”, de Sergio Renán), en 1984 (con “Camila”, de María Luisa Bemberg), en 1985 (con “La historia oficial”, de Luis Puenzo, que resultó ganadora).Como así también en 1998, con “Tango”, de Carlos Saura; en 2001, cuando Juan José Campanella presentó “El hijo de la novia” y, en 2009, con “El secreto de sus ojos”, también de Campanella, que le valió al país su segunda estatuilla dorada.





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